jueves, marzo 28, 2024

El atrevido – Jorge Cupido

Estamos pasando momentos muy difíciles en el mundo en general y una cosa es segura: se pondrá peor conforme se acerque el regreso de Jesús; está profetizado (2ª Timoteo 3:1). Pero no se preocupe, porque una de las grandes ventajas de la fe cristiana es que Dios no falla nunca. Así que acompáñeme a descubrir lo que está en la Palabra de Dios para que lo pueda aplicar en su vida.

En el primer libro de Crónicas, en medio de una descripción de genealogías, de repente se hace una breve pausa para describir algo atrevido que hizo un hombre llamado Jabes. 

E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. (1ª Crónicas 4:10)

Me parece que todos quisiéramos estar en el lugar de Jabes y que Dios nos contestara una oración así. Y podemos estar en su lugar, porque Dios no cambia, ni su voluntad cambia, ni su poder cambia. Dios produjo milagros que también hoy en día tiene listos y disponibles para cada uno de los que en Él confían.

Jabes no es recordado por ningún acto heroico, ni por ninguna conquista guerrera, ni por ninguna profecía extraordinaria. Es recordado por atrevido, por hacer una oración atrevida y por su cumplimiento. 

La primera petición fue “bendíceme”. Bendición significa un favor sobrenatural de Dios. Jabes no pidió algo en particular, sino que dejó que Dios decidiera por completo.  Mostró una fe incondicional en las buenas intenciones de Dios para con él, una fe que no se enfoca en lo que él deseaba sino en lo que Dios deseaba. Cuando oramos lo que Dios desea, Él contesta.

La segunda petición fue: “ensancha mi territorio”. Jabes no estaba pidiendo más tierras, ni más dinero, ni más poder para sí mismo. Lo que estaba pidiendo era más influencia, más responsabilidades y más oportunidades para distinguirse en el servicio a Dios. Pedir que Dios ensanche tu territorio es pedir hacer más por Él.

La tercera petición fue: “que tu mano esté conmigo”. Es un reconocimiento de que estaba absolutamente condenado al fracaso, a menos de que Dios interviniera y lo respaldara, porque el único que todo lo sabe y todo lo puede es el Señor.

La cuarta petición de Jabes fue: “líbrame del mal para que no me dañe”. Después de haber pedido bendición sobrenatural, mayor área de influencia y el poderío de Dios, Jabes pide la protección divina. Los creyentes que están involucrados en la obra de Dios tienen el derecho de pedir ser librados del mal. 

¿Por qué Dios le contesto? Porque Jabes le pidió, y le pidió correctamente. Dios no les retiene nada a aquellos que quieren justo lo que Él desea. Además, con la petición y la disposición correcta, Dios suple a sus hijos con todas las cosas materiales que necesitan.

Dios ya lo hizo una vez ¿Crees que tiene el poder para volverlo a hacer? Sé un atrevido como Jabes.

Pastor Jorge Cupido

@jorgecupidoqro

jorgecupido@hotmail.com

EL SELLO

@ElSelloQueretaro

Domingos, 11.30 am

San José 498, Col. Carrillo Puerto, a 100 m. de Av. 5 de Febrero

Querétaro, Qro.

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