MÉXICO, 6 ene (Xinhua) — La saturación hospitalaria, la falta de insumos y la escasez del personal de salud son algunos de los efectos que enfrenta México por el denominado «COVID largo», según Guadalupe Regina Dorantes Díaz, socióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«La saturación hospitalaria es uno de los efectos más graves que ha traído al país el llamado ‘COVID largo’, pues los pacientes que aún continúan con secuelas derivadas de la infección respiratoria cada vez tienen menos acceso oportuno a consultas con especialistas por la demanda que existe en los hospitales», dijo Xinhua Dorantes Díaz.
A esto, continuó la experta, se suma la escasez de insumos médicos y de personal de salud que se registra en los centros hospitalarios a los que miles de mexicanos acuden para poder tratar algunos de los padecimientos prolongados que se derivan de la COVID-19.
En mayo de 2020, se empezaron a describir los primeros casos de pacientes que habían pasado por una infección derivada del virus SARS-CoV-2, a menudo leve o moderada, y que persistían con síntomas meses después.De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la afección posterior a la COVID-19 puede menoscabar la capacidad de una persona de realizar actividades cotidianas como el trabajo o las tareas domésticas.
Según médicos especialistas, el también llamado síndrome post-COVID-19 puede ocasionar tos crónica, falta de concentración, así como daños en órganos como los riñones, el corazón y el cerebro.
Para atender estas dolencias, algunas personas pierden sus trabajos por ausentarse constantemente en busca de estar completamente sanos.Otro de los retos que encara el país, refirió Dorantes Díaz, es que las autoridades no han reconocido el COVID largo como una enfermedad y sin ello no se podrá atender este padecimiento de manera integral.
«Las consecuencias de esta nueva enfermedad ya la estamos experimentando; sin embargo, será más crudo para las personas que no cuentan con servicio médico y tienen que costear estudios y comprar sus medicamentos», sostuvo.
La capacidad médica, en lo que se refiere al número de especialistas, es otro de los temas que se tendrá que analizar en los siguientes meses pues, aunque no se tiene un número exacto, es un hecho que de los 7.252.944 mexicanos infectados por la COVID-19, al menos un 20 por ciento presenta alguna secuela.
«México es uno de los países con mayor número de infectados de COVID-19 en el mundo; entonces, es obvio que nuestra población va a padecer COVID largo», reiteró la especialista.
En otro orden de ideas, la socióloga hizo un llamado a la población a no olvidar todo lo que se vivió durante lo más agudo de la pandemia, donde muchas personas perdieron la vida y algunos otros su empleo.
«Tendemos a desarrollar una memoria de corto plazo, en la que olvidamos que hay cuestiones sociales que se recrudecieron como el rezago educativo, la violencia, la inflación, los robos y los asaltos», refirió.
Ante este panorama, Dorantes Díaz recomendó continuar con hábitos de higiene aprendidos hasta ahora pues, a partir de ellos, las personas podrán protegerse de cualquier nueva infección.
«Lo que tenemos que hacer es seguir avanzando con conciencia pues esta era de pandemia nos ha dejado múltiples aprendizajes, entre ellos, desarrollar una mayor empatía, sensibilización y readaptación», concluyó.
