sábado, julio 27, 2024

Preservar sitios culturales aviva raíces y mantiene vigente historia e identidad de los pueblos, destaca arqueólogo mexicano

OAXACA/Xinhua
Por Edna Alcántara y Zhu Yubo

La preservación de sitios históricos, a menudo lugares majestuosos que dan a los pueblos su identidad, es un campo propicio para que China y México colaboren en el intercambio de metodologías, dijo David Andrade Olvera, subdirector de la zona arqueológica de Monte Albán, declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987.

Para Andrade, los sitios arqueológicos deben ser más estudiados por el simple hecho de ser producto de la experiencia de la vida en sociedad de los antepasados.

En estos lugares, agregó, los descendientes de esos pueblos pueden ver «el producto del trabajo de ellos y eso es algo que nos da fuerza de identidad y al mismo tiempo el compromiso para preservar nuestro pasado con orgullo».

Consideró que perder los sitios arqueológicos significa perder parte de la historia de la humanidad, de la cual puede aprenderse sobre la forma de organización y de cómo convivir como sociedad y con la naturaleza.

En su parecer, son «fundamentales» los intercambios de experiencia en áreas destinadas a la investigación, exploración y reconstrucción, incluyendo la prevención de riesgos en zonas arqueológicas entre China y México.

A propósito de una reciente visita del embajador de China en México, Zhang Run, a esa importante zona arqueológica, capital de la civilización zapoteca asentada en el sur-sureste de México, Andrade Olvera manifestó que «China y México tienen mucho que decir e intercambiar» con el fin de «enriquecer la arqueología mundial».

La zona arqueológica de Monte Albán, ubicada a ocho kilómetros al poniente de la ciudad de Oaxaca de Juárez y enclavada dentro de un área sísmica, floreció durante la época prehispánica en el 500 a.C sobre la cima de una montaña en el centro de los Valles Centrales de Oaxaca hasta el periodo 800 d. C.

Desde mediados del siglo XIX comenzaron las exploraciones donde se ha recuperado un acervo de piezas valiosas como brazaletes y pectorales de oro, joyería de jade, cráneos humanos con incrustaciones de turquesas y piezas talladas en coral, cristal de roca y obsidiana, que ahora se pueden apreciar en el museo de esta zona arqueológica y en el de Antropología Nacional de México.

Sólo una parte del antiguo asentamiento está abierta al público, donde se puede apreciar impresionantes vestigios como centros ceremoniales, tumbas, patios, templos y un juego de pelota (una cancha donde se llevaban a cabo ceremonias y juegos rituales).

Monte Albán fue la urbe «más longeva del territorio mesoamericano, donde se concentró el poder de un estado expansivo en toda su expresión, al igual que en la civilización antigua china», reafirmó Andrade durante su explicación.

De acuerdo con el experto en civilizaciones antiguas mesoamericanas, entre la cultura zapoteca y las civilizaciones antiguas en China existe un paralelismo en lo político, el trabajo de jade, a nivel de organización social y religioso con el culto a los animales y otras deidades.

«Las grandes civilizaciones comparten similitudes, se conocen y están relacionadas. China da la bienvenida a México para trabajar juntos en el marco de la Iniciativa de Civilización Global para que las dos civilizaciones ancestrales puedan brillar con nueva luz en la nueva era», consideró el embajador Zhang.

A los ojos de Andrade, hace falta fortalecer los vínculos entre antropólogos chinos y mexicanos con el fin de poder intercambiar experiencia con miras a exteriorizar al mundo un mejor entendimiento de las dos culturas.

«Las interpretaciones que podríamos hacer darían un nuevo giro desde otra parte, desde donde no se ha visto la historia mundial y esto es fundamental. Así de manera conjunta vamos a enriquecer la arqueología mundial», enfatizó en su exposición.

Por su parte, la también arqueóloga María Teresa Vázquez Sánchez, argumentó que el tema de la tecnología para la conservación arqueológica es «indispensable», y un terreno en el que China podría compartir.

«Lo tradicional era manipular los restos óseos y cerámicas, en cambio, con el desarrollo de las tecnologías, los escáner digitales, en técnicas como la fotometría o modelos 3D han facilitado eso», lo que ayudaría mucho a México, reconoció la responsable del laboratorio de materiales arqueológicos de la zona arqueológica de Monte Albán.

Contó también a manera de ejemplo la importancia de los registros tridimensionales que se utilizan en China para formar una base de datos que «nos permita proteger a las piezas en el ámbito legal porque no es solo tener una foto de una pieza, sino el registro de todas las caras de un objeto», añadió.

«China tiene un desarrollo tecnológico impresionante e incluso tengo entendido que recientemente se exploraron fosas con tesoros importantes como lámina de oro, máscaras, piezas de jade que eran tan delicados que incluso se tuvieron que hacer cámaras para poder excavar esos depósitos. Cámaras aisladas totalmente para proveer estabilidad a sus tesoros. Entonces esa tecnología habla mucho del compromiso del cuidado de su patrimonio», remarcó.

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