Mientras vemos crecer a nuestros hijos, nos damos cuenta de las habilidades y virtudes que van desarrollando; en gran parte es por las oportunidades que nosotros como padres les vamos poniendo a su alcance.
Cada hijo tiene diferentes gustos y es bueno para distintas cosas, pero a pesar de tener características individuales y personales hay algo en lo que pueden coincidir nuestros hijos: SER PERSONAS CAPACES Y EXITOSAS.
Los padres debemos favorecer en todo momento éstas cualidades, ya que serán fundamentales en la vida de nuestros pequeños.
Una persona exitosa lo es por su capacidad de solucionar lo que se le presenta sin importar el esfuerzo que requiera. Y se puede manifestar en cada área de su desarrollo, ya sea personal, familiar, social, profesional, etc.
Cada área es diferente, en la personal una persona exitosa es aquella que se siente bien consigo mismo, que se siente orgulloso por sus logros y que reconoce sus debilidades, que vive tranquilo y que se acepta tal cual es.
En lo familiar el éxito está en el amor y en aceptar a la familia con cada integrante diferente y al mismo tiempo ser aceptado por los mismos, con los que se vive en comunidad y respeto para todos.
En lo social parte del éxito está en nuestra proyección para con los demás y en conseguir lo que queremos de lo que la sociedad nos pueda ofrecer.
En lo profesional es cierto que la remuneración económica nos habla sobre el puesto laboral alcanzado y también es cierto que el dinero ayuda a vivir y alcanzar ciertas comodidades en nuestra vida; está bien buscar un buen sueldo con el que nos sintamos satisfechos y cubra nuestras necesidades personales; sin embargo el dinero no lo es todo ni tampoco es lo más importante.
En lo profesional el éxito también se demuestra en qué tan contento estoy trabajando, si me gusta lo que hago y si lo disfruto.
Nuestros hijos se van a enfrentar a diferentes problemáticas y tiene que ser capaces de solucionarlas, enseñémosles a nuestros hijos a disfrutar, a valorar lo que tienen pero también a luchar por conseguir lo que desean.
Enseñémosles a decidir, nuestras decisiones tienen consecuencias favorables o desfavorables, tratemos crear conciencia para que busquen siempre lo mejor.
Enseñémosles que las cosas no llegan solas, que se requiere de esfuerzos invertidos para lograr lo que nos propongamos, que las cosas se pueden hacer tan fáciles o difíciles como queramos.
Sembremos en ellos la semilla de ser cada vez mejores, de ponerse metas, de enfrentar miedos, de no conformarse con menos de lo que soñaron, que no les importe si se les cerró una puerta pero que luchen para abrir otra, pero sobre todo y lo más importante que siempre y en todo momento el mayor éxito de todos: es su FELICIDAD.
