En una ocasión, un hombre religioso se le acercó a Jesús y le preguntó que necesitaba hacer para entrar al reino de Dios. Jesús le dice: te es necesario “nacer de nuevo”. El hombre se sorprende y pregunta si se puede nacer dos veces físicamente, a lo que Jesús le responde que este nuevo nacimiento no es físico, sino espiritual y que consiste en creer y declarar la fe en él, en Jesús.
Toda persona está muerta espiritualmente ante los ojos de Dios, está separada de Dios para siempre, tanto en esta vida como en la eternidad. Para que la persona pueda tener vida eterna necesita “nacer de nuevo”. No importa que tan buena, que tan religiosa, que tan importante sea la persona, de todas maneras, necesita nacer de nuevo para ser reconciliado con Dios. Todo el que se arrepiente, cree en Jesucristo y le recibe en su corazón “nace de nuevo”, nace espiritualmente y, automáticamente es perdonado de todos sus pecados, se convierte en hijo de Dios y recibe la vida eterna.
El nacimiento espiritual es el segundo nacimiento, significa quitarle a la persona su antigua naturaleza espiritual muerta y sustituírsela con una nueva naturaleza viva. La Biblia dice que todo el que nace de nuevo es una “nueva persona”. Es la obra del Espíritu Santo la que le da vida a esa nueva criatura.
Esta nueva persona es diferente de la anterior, es una nueva creación y puede vivir de manera diferente, mucho mejor. Dice la Biblia: “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!” (2ª Corintios 5:17)
El pecado de Adán produjo una naturaleza pecadora en la humanidad que lo hace obedecer los impulsos de Satanás. El efecto del nuevo nacimiento es que esta naturaleza de pecado sea desechada y sustituida por una nueva naturaleza que ya tiene el poder para negarse a hacer lo malo.
Según la Biblia hay un hombre interior y un hombre exterior en cada uno de nosotros. El hombre exterior es el cuerpo y el hombre interior es el espíritu del hombre. El nuevo nacimiento es la transformación radical espiritual del hombre, es decir, en su hombre interior.
Solamente cuando hay un cambio en el interior del hombre se puede lograr un cambio en lo exterior, en su conducta, en su carácter, en su actitud y en su manera de pensar. Ya no obedece y complace a sus sentidos, ahora obedece y complace a Dios. Entonces la vida personal, familiar, profesional y espiritual cambia para bien.
Ser una nueva persona, vivir una nueva vida y recibir la vida eterna está disponible para todos. Se requiere reconocer los pecados propios y reconocer a Jesús como su Salvador. Hágalo ahora mismo y compruebe la verdad de Dios.
Pastor Jorge Cupido
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