viernes, abril 26, 2024

El dólar, de moneda estadounidense a problema para el mundo

BEIJING, 7 nov (Xinhua) — El banco central de EE. UU. elevó la tasa de referencia de los préstamos en 0,75 puntos porcentuales la semana pasada, el cuarto aumento de esa índole y el sexto aumento durante este año, llevando su tasa clave a un rango de entre un 3,75 y un 4 por ciento, el más alto en 15 años.La Reserva Federal (Fed) afirmó que tales aumentos son necesarios para aliviar la inflación récord.

Aún así, antes de que las agresivas políticas monetarias muestren resultados en el país, ya han causado estragos a nivel mundial, dado la supremacía del dólar en el sistema monetario y comercial internacional.Tras las subidas de tipos de interés en EE. UU., muchos países han sufrido la devaluación de sus monedas, salidas de capital, aumento de los costes del servicio de la deuda y una inflación importada más intensa.

Algunos incluso han caído en una crisis monetaria o de la deuda.Las palabras del exsecretario del Tesoro de EE. UU. John Connally en 1971 siguen resonando: «El dólar es nuestra moneda, pero es su problema».Después de superar las olas de inestabilidad y la incertidumbre de los ajustes de la política monetaria estadounidense en beneficio propio durante las últimas décadas, cada vez más países se están poniendo serios ante la devastadora realidad de la hegemonía del dólar.

Imagen del 22 de junio de 2022 del edificio de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, en Washington D.C., Estados Unidos.
(Xinhua/Liu Jie)

SUPREMACÍA DEL DÓLAR

El término «privilegio exorbitante» fue acuñado en 1965 por el entonces ministro francés Valery Giscard d’Estaing para lamentar las prácticas estadounidenses de utilizar la supremacía del dólar en beneficio propio.El sistema monetario internacional con un dólar estadounidense dominante se estableció después del Acuerdo de Bretton Woods, en 1944.

Desde entonces, Washington lanzó guerras e impuso sanciones contra cualquier rival para fortalecer el dominio del dólar.En la década de 1980, cuando un Japón de rápido crecimiento buscó un estatus internacional más alto para el yen, Estados Unidos impuso el Acuerdo Plaza.

Esto causó que el yen se apreciara dramáticamente en relación con el dólar, allanando el camino para la «década perdida» de lento crecimiento y deflación en Japón.En enero de 1999, cuando se emitió oficialmente el euro, el cambio era de 1 euro a 1,8 dólares.

Dos meses después, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, liderada por Estados Unidos, llevó a cabo ataques aéreos contra la entonces República Federal de Yugoslavia sin el visto bueno de la ONU, lo que dio comienzo a la Guerra de Kosovo.

El caos resultante desencadenó una salida de capital de Europa y resultó en una rápida depreciación del euro.Ellen Brown, fundadora del Public Banking Institute, escribió en un artículo de opinión que el Ejército de EE. UU. atacó a Irak y Libia porque decidieron reducir el uso del dólar en los acuerdos comerciales petroleros o incluso deshacerse por completo de la moneda, lo que se consideró un desafío al sistema del petrodólar.

La historia se ha repetido con resultados devastadores para quienes desafían el dominio del dólar. Parece haber una regla no escrita de que Estados Unidos no permitirá ninguna amenaza a su «privilegio exorbitante».

Imagen del 22 de junio de 2022 del edificio de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, en Washington D.C., Estados Unidos. (Xinhua/Liu Jie)

EXPLOTANDO A OTROS

Con el sistema centrado en el dólar estadounidense establecido después de la Segunda Guerra Mundial, Washington se ha aprovechado de la supremacía del dólar para exportar crisis financieras internas, aprovechar la riqueza mundial y destruir la estabilidad financiera o el bienestar de otros países.

El señoreaje, las tesorerías y la manipulación de las políticas monetarias son trucos que emplea Estados Unidos para obtener ganancias.

Tomemos como ejemplo el señoreaje. El coste de acuñar un billete de 100 dólares es de menos de 20 centavos, pero otros países deben pagar 100 dólares en productos o servicios por ese billete en papel. Según los datos de McKinsey, aproximadamente la mitad de la moneda estadounidense circula fuera del país, lo cual significa una gran fuente de ingresos anuales para la Fed.

Otro privilegio le permite a Estados Unidos tener un déficit externo, importando más de lo que exporta y consumiendo más de lo que produce año tras año sin endeudarse más con el resto del mundo.El 3 de octubre, la deuda nacional de EE. UU. superó los 31 billones de dólares por primera vez en medio de tasas de interés más altas, lo que elevó la relación entre la deuda federal de EE. UU. y el PIB al 126 por ciento.

Aunque los expertos advirtieron una y otra vez de que una deuda tan alta es una bomba de relojería que corre el riesgo de una crisis fiscal y que un impago por parte de EE. UU. muy probablemente conduciría a un colapso financiero global, esto no pareció molestar a los sucesivos Gobiernos de EE. UU.Con el dólar como la moneda de reserva líder en el mundo, EE. UU. puede beneficiarse del cambio repentino de la estrategia monetaria de la Fed de la política de «flexibilización cuantitativa», que ha estado ocurriendo durante años, a una política más estricta.

Si bien la política de flexibilización cuantitativa aumenta la oferta de dólares en todo el mundo, la tasa de interés más baja resultante en realidad alienta las actividades especulativas en el mercado de valores que pueden causar burbujas de activos, agregando valor a los activos de EE. UU.

Cuando la política de la Fed se vuelve más estricta, los activos estadounidenses con mayor valor regresan a EE. UU., dejando a otros países con monedas depreciadas y activos malos.»El hecho de que muchos Estados acepten el dólar para compensar los déficits de la balanza de pagos estadounidense ha permitido que EE. UU. se endeude con países extranjeros de forma gratuita. De hecho, lo que les debe a esos países, lo paga en dólares que ellos mismos pueden emitir como quieran», dijo el expresidente francés, general Charles de Gaulle, a periodistas en 1965.

Imagen del 14 de junio de 2022 de una mujer caminando por una calle después de realizar compras en un supermercado, en Washington D.C., Estados Unidos. (Xinhua/Ting Shen)

ARMA-MONEDA

Blandiendo el dólar estadounidense como un arma, EE. UU. alterna entre la inflación y el endurecimiento de la moneda para crear una «turbulencia controlable» en los sectores financieros y económicos, lo que genera oportunidades comerciales para la industria estadounidense.Desde la crisis de la deuda latinoamericana en la década de 1980, la crisis financiera de 1997 en Asia, hasta la crisis financiera internacional de 2008, el dólar estadounidense siempre formó parte del juego.

Sin embargo, cada vez, EE. UU. salió ileso o incluso logró obtener ganancias.EE. UU. imprimió casi la mitad de la cantidad de moneda impresa en más de 200 años tan solo en el último año y medio, lo que permitió que la inflación aumentara y que se desbordaran las burbujas económicas.Las seis agresivas subidas de tipos de interés anunciadas por la Fed este año asestaron otro golpe a los mercados financieros internacionales y obstruyeron una débil recuperación económica mundial.

En octubre, el Ministerio de Finanzas de Japón tuvo que gastar un récord de 42.800 millones de dólares en intervenciones cambiarias para apuntalar el yen después de que este cayera por debajo del nivel psicológicamente importante de 150 yenes por dólar estadounidense, un mínimo histórico desde 1990.

Estas subidas podrían aumentar la presión sobre las salidas de capital en los mercados emergentes, impulsar la inflación importada, aumentar las vulnerabilidades de la deuda y reducir el espacio político, dijo a Xinhua Malhar Nabar, jefe de división del Departamento de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI).En julio, el FMI estimó que casi el 30 por ciento de los países emergentes y el 60 por ciento de los países de bajos ingresos ya tienen problemas de deuda, o están a punto de tenerlos.

Imagen del 14 de octubre de 2021 de un hombre caminando frente a la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington D.C., Estados Unidos. (Xinhua/Ting Shen)

UN PRIVILEGIO EN DESCENSO
Tras décadas de hegemonía financiera de EE. UU. con el dominio del dólar, la frustración crece en todo el mundo.El mes pasado, Arabia Saudí, uno de los principales exportadores de petróleo y un pilar del sistema de petrodólar, anunció un recorte en su producción de petróleo, lo que provocó la furia en Washington, que había pedido al productor de petróleo que hiciera lo contrario.

El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que revisaría la relación de su país con Arabia Saudí y que habría «consecuencias» no especificadas para el reino.Andrei Kostin, presidente y director de la junta directiva del banco ruso VTB, dijo que la «armamentización» de los instrumentos financieros por parte de Washington ha socavado inevitablemente la confianza en el dólar estadounidense como principal moneda de reserva y medio de pago, lo que provocó un argumento de peso a favor de un mayor uso de otras monedas.

Uno de los problemas del sistema financiero internacional actual es un dólar dominante que «no admite el surgimiento de ninguna otra moneda, ni siquiera el euro o el yen», dijo a Xinhua Mohammed Saqib, secretario general del Consejo Económico y Cultural India-China.

Dijo que más países se arriesgarán a comerciar fuera del dólar.Según datos del FMI, la participación del dólar en las reservas mundiales de divisas disminuyó por debajo del 59 por ciento en el último trimestre del año pasado, extendiendo una caída de dos décadas.

En junio, el FMI dijo, en una entrada de su blog que evalúa la composición de las reservas oficiales de divisas, que «los bancos centrales ya no mantienen el dólar en sus reservas en la medida en que lo hacían antes».Harta de un sistema de intimidación centrado en el dólar, Rusia desarrolló su propio sistema de transferencia financiera y comenzó a operar con el rublo.

El banco central indio ha introducido pagos en rupias con socios comerciales. El Banco de Israel ha añadido las monedas de Canadá, Australia, Japón y China a sus reservas de divisas, diluyendo la proporción de dólares y euros.La supremacía del dólar durante décadas ha colocado a EE. UU. en una posición sólida para dictar los términos de comercio y finanzas durante los últimos 70 años.

Aún así, su dominio ha ido disminuyendo gradualmente, dijo Michael Roberts, economista con sede en Londres.

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