En la Biblia hay un pasaje muy curioso. Le voy a dar un breve contexto. Jesús ya había sido bautizado y ya había reclutado a sus discípulos, pero aún no comenzaba su ministerio.
En eso, en un pueblo llamado Caná se organiza una boda y son invitados María, Jesús y sus discípulos. Pero, en plena fiesta, el vino se acaba. Entonces Jesús hace su primer milagro y convierte el agua en vino. Puedes leer la historia completa en el capítulo 2 del evangelio de San Juan.
Este pasaje contiene algunas verdades poderosas que te servirán en tu vida diaria.
En primer lugar, Jesús va solo a donde se le invita. Es verdad que Dios está en todas partes, pero solo se manifiesta donde se le invita específicamente. Tal vez seas cristiano, pero puedes estar tan ocupado en tus cosas que te llegues a olvidar de invitarlo diariamente a tu vida, a tu casa o a tu negocio, pero tu vida y tus actividades solo pueden ser bendecidas con la presencia de Jesús.
En segundo lugar, debes saber que Jesús es quién suple la necesidad. La necesidad siempre se presenta en la vida, de una u otra forma y casi siempre de manera imprevista. Una necesidad en el matrimonio, con los hijos, una enfermedad, un asunto financiero, una emergencia, una pérdida, un asunto emocional o una tentación, entre otras necesidades humanas. Pero si Jesús es el huésped principal en tu vida, tendrás a quien acudir para la solución.
En tercer lugar, es importante entender que la obediencia a Jesús es la base del milagro. María fue una mujer excepcional, creyó en Jesús como su Salvador, fue su discípula y fue parte integrante de la naciente iglesia cristiana cuando Jesús ascendió a los cielos. Lo más interesante es que en toda la Biblia solo hay una importante, sabia y simple instrucción de ella: hagan todo lo que Jesús diga.
Ella sabía muy bien las consecuencias de la obediencia, puesto que ella había sido obediente a Dios siempre. Entonces Jesús da una serie de ordenes que los sirvientes obedecieron al pie de la letra y el milagro sucedió: el agua se transformó en vino.
Este fue el primer milagro de Jesús y el resultado fue que sus discípulos creyeron en Él como Dios. Si tú ves lo sobrenatural de Jesús también vas a creer en Él sin dudar, por eso invítalo a tu vida.
Ahora la pregunta es ¿Por qué escogió como su primer milagro transformar el agua en vino? Dios no hace nada sin un propósito específico.
El agua es muy sana y necesaria, pero es H2O, es decir, es inodora, incolora y sin sabor. En cambio, el vino es todo lo contrario y tiene profundos significados espirituales que Jesús quería enseñar desde el comienzo de su ministerio:
El vino representa la sangre de Jesús, derramada para traer salvación gratuita al hombre. El vino es símbolo de la alegría verdadera que viene de lo alto. El vino es símbolo de la abundancia y prosperidad que provienen de Dios. El vino es símbolo de la sanidad divina y el vino es símbolo de la llenura del Espíritu Santo.
Tú puedes invitar a Jesús o no a tu vida y no me refiero solo a la primera invitación para ser salvo, sino a una invitación permanente, de todos los días. Si Jesús está, va a transformar el agua en vino. Va a transformar tu vida de algo insulso, improductivo para el reino de Dios y carente de valor y sabor en algo maravilloso.
¿Quieres ser productivo para Dios? ¿Quieres una vida diferente? ¿Tienes alguna necesidad especial en tu vida? ¿Deseas que Jesús la supla? ¿Estás dispuesto a obedecerle? Según tú respondas y hagas, el milagro puede ser realizado o detenido.
Pastor Jorge Cupido
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