Todos tenemos talentos naturales, tanto hombres como mujeres, pero estos pueden variar mucho de una persona a otra.
Los talentos son las habilidades especiales que Dios pone en TODO ser humano, es decir, nacen con ellos. Estos talentos naturales Dios los puso para el beneficio de la persona, pero también para su servicio al Reino, por lo tanto, deben ser tratados para que sean utilizados de una manera espiritual y no solo de una manera natural. Dios no está buscando personas talentosas, está buscando personas espirituales.
Pero eso es solo una parte del equipamiento, y no la más importante, ni la más poderosa. Jesús abrió una nueva dimensión para todo aquel que en Él cree. Cuando una persona viene a Cristo, además de sus talentos “naturales”, recibe dones espirituales de parte de Dios. Una vez equipada así, la persona puede cumplir con poder su misión y destino dentro de la voluntad de Dios.
Ahora, dentro de esos dones, hay alguno o algunos predominantes en todos los creyentes. El problema es que pocas personas reconocen sus dones predominantes.
Jesús quería que supiéramos y reconociéramos que Dios nos otorga dones maravillosos. Dios es quién nos da los dones de acuerdo con nuestro llamado. La Biblia dice: “Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas. (Romanos 12:6)
Tus dones predominantes te fueron otorgados con 4 finalidades: para servir a los demás, para que operes exitosamente en el ministerio que Dios te asignó, para que ayudes a construir y fortalecer la iglesia y para que el poder de Dios se manifieste en la tierra y la gente pueda acercarse a la salvación en Jesús.
No pienses, ni por un momento, que “no mereces” o “no podrás” operar en los dones. Los dones no son por merecimientos o habilidades. Son un regalo sobrenatural de Dios para todos sus hijos, gracias a que creíste en la obra y sacrificio de Jesús.
Así que tienes dones y tu don predominante debe funcionar en toda circunstancia, es más, entre más difíciles sean las circunstancias, mejor funcionará si lo pones en acción y, entonces, mayores frutos dará y mayores recompensas tendrá. Porque debes saber que cuando tu don predominante se transforma en acción, Dios te garantiza resultados y te garantiza generosas recompensas. Esto es una maravilla, porque más vale vivir recibiendo las inigualables recompensas del Señor que vivir buscando las escasas y pasajeras recompensas que el mundo pueda dar.
Ahora la pregunta es ¿Cómo descubro mi don o dones dominantes?
Es bueno que los cristianos queramos conocer los dones espirituales que el Señor nos haya concedido, si es con el propósito de avivarlos para servirle y glorificarle. La Biblia no indica un procedimiento para descubrir que dones tenemos, así es que primero tienes que conocerlos en la Palabra de Dios y después usar la guía del Espíritu Santo. Sin embargo, te voy a dar un tip: lo que más te guste hacer es una clave para que descubras tu don predominante.
Decide servir al Señor y exprésale en oración tu decisión y tu deseo de servirle. No temas hacer cosas nuevas. Es bueno intentar algo nuevo y descubrir dones que no conocías. Mientras más áreas de ministerio conozcas sirviendo, más se aclarará para ti cuáles son tus dones y tu llamado. Realmente es en el ejercicio cotidiano de servir al Señor que la manifestación de los dones se hace evidente. La Biblia dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo y lo ilustra con un cuerpo físico, donde cada uno somos una parte diferente de ese cuerpo. Todas las partes son importantes, útiles y necesarias, porque cada una cumple una función diferente que complementa a todas las demás.
Dios te hubiera llevado al cielo inmediatamente después de tu conversión, si no hubiera tenido un propósito más alto para tu vida aquí en la tierra. Así que conoce tu don o dones predominantes y úsalos. No importa cuál sea. Eres una nueva criatura, especial, con un llamado personal de parte de Dios, para el cual te equipó, con la finalidad de que lo pongas en práctica.
Tu valor no esté en tu similitud con los demás, sino en lo que te distingue de ellos. Festeja, aprovecha y usa tu diferencia. Las personas que son fuera de lo común son simplemente personas que han descubierto su don predominante y viven en plenitud, satisfechos y haciendo lo que les gusta para el Señor. Así, Dios te puede usar poderosamente para hacer la diferencia en tu vida y en el Reino de los Cielos.
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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