En ésta época moderna hacemos uso de la tecnología para comunicarnos, y por medio de aplicaciones ya sea con mensajes de texto, videos o imágenes damos a conocer lo que pensamos, creemos y sentimos.
Los medios tecnológicos también nos permiten el acceso a la información y acercamiento en línea con personas de todo el mundo, aunque el acercamiento sea únicamente en cuestión de distancia y de espacio, ya que nunca será igual a la convivencia de persona a persona, sin la necesidad de un aparato electrónico de por medio. Por ejemplo, hay aplicaciones en las que a través de videos en tiempo real puedes conversar con otras personas, pero te limita al contacto físico indispensable y complementario en las relaciones sociales, algo tan simple como un abrazo.
El internet y este tipo de redes sociales son una gran herramienta si se usan moderada y adecuadamente. Tomemos en cuenta que hay mensajes impersonales a los que cada quien le puede dar una interpretación diferente por la entonación que se le aplique al texto, por lo que, lo que realmente queremos decir se distorsiona totalmente y puede no cumplir su objetivo.
Las conversaciones se han vuelto unidireccionales, sin derecho a réplica porque no se tiene la certeza de que el receptor esté en ese momento recibiendo el mensaje. El que escribe y manda el mensaje (emisor) puede esperar minutos, horas o días para constatar que el receptor vio lo que le envió. En ocasiones leemos los mensajes y ni siquiera los contestamos; cuando esto pasa, desde mi particular punto de vista es como si alguien pasa y te dice hola y te sigues de largo.
pensemos dos veces, qué mensajes decidimos seguir propagando, hagámoslo con la responsabilidad de saber que esos mensajes tendrán alguna consecuencia en el pensar y actuar de los demás; estamos en una era de cambios sociológicos en la que se usan estos medios para difundir ideologías y creencias sin fundamentos, sin estar siquiera cerca de la verdad y de lo que lleva a un bienestar general en la convivencia humana. Hay chistes, videos, ilustraciones o comentarios, sin valores que se difunden, y sin darnos cuenta somos parte de que sigan llegando cada vez a más personas, sin pensar que esos mensajes también hablan de nosotros mismos al enviarlos.
Antes de dar clic al botón de enviar pensemos en los tres filtros de Sócrates, son tres simples cosas: lo que voy a enviar es verdadero (¿me consta? lo vi, lo toqué, estuve ahí, lo viví, lo comprobé), es bueno (habla bien, es positivo) y es útil (sirve de algo). Reflexionemos con nuestros hijos la importancia de escribir, hablar y actuar con responsabilidad.
Démosle valor al lenguaje escrito, por eso los invito a ser responsables al utilizar estos medios de comunicación, en los que el respeto, la amabilidad, la tolerancia, la empatía, la humildad, la alegría, la bondad, la paz y el amor hacia los demás debe estar presente.