Una de las afirmaciones más poderosas de la Biblia es cuando Jesús dice: “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.” (Lucas 18:27).
En las leyes de casi todos los países está establecido un principio legal de jurisprudencia que dice ” a lo imposible nadie está obligado”. Entonces, ni para las leyes ni para Dios estás obligado a hacer lo imposible, es decir, solo tienes que hacer lo posible. Lo imposible está reservado solo a Dios.
Dios es Dios y no necesita nada de nadie. Pero, en su soberanía, decidió necesitarte a ti, es decir, Él no va a hacer todo, solo va a hacer lo sobrenatural y, en su sabiduría infinita, te creó a ti para que tú hagas lo posible.
Para dejarlo bien claro: Dios te necesita haciendo lo posible para que Él pueda hacer lo imposible y beneficiarte a ti y al mundo. ¿No es maravilloso? Cuando entendemos esto, nuestra mente explota y cambia nuestra manera de pensar y de hacer las cosas para el Señor.
Desde el primer hombre, desde Adán, Dios lo hizo socio para que hiciera lo posible, mientras el Señor hacía lo imposible. Si el hombre hacía lo que le tocaba, sería el rey del planeta, tendría todos sus beneficios, tendría comunicación directa con Dios y tendría vida eterna.
Pero el hombre dejó de hacer lo posible y decidió salirse de la sociedad con Dios. Entonces, todo se derrumbó.
Pero Dios aún quería socios con quién comunicarse, a quién bendecir, con quién estar eternamente y con quién hacer lo imposible.
Entonces ideo el más maravilloso plan de todos los tiempos: recuperar a sus socios a través de pagar Él mismo el precio que su propia justicia exigía, a través de un Mesías anunciado. Eso es lo que Jesús vino a hacer.
Y a lo largo de la historia encontramos hombres y mujeres que le creyeron a Dios, hicieron lo posible y Dios hizo lo imposible.
La pregunta es ¿Quieres asociarte con Dios y hacer tu parte?
Dios sigue necesitando personas que quieran cooperar con Él. Que estén dispuestas a hacer lo que les pide para que Él pueda hacer lo imposible.
Antes de contestar te tengo que decir que Dios nunca va a hacer tu parte, que tu parte nunca es sobrenatural y que tu parte siempre la debes hacer antes de que Dios actúe.
Lo importante ahora es que te quieras asociar con Dios en tu vida, que incluye lo personal y lo ministerial. Y para eso solo se necesitan tres cosas:
Primero, dominar a la pequeña vocecita que llevas dentro llamada ego, que te dice: solo ve lo que tú quieres y necesitas. Si la dominas, le darás prioridad a lo que Dios quiere y necesita. Segundo, necesitas fe. Creer que Dios existe y que todo lo que dice es verdad. Y tercero, necesitas tomar la decisión y actuar.
El propósito de este artículo es darte herramientas que te lleven a vivir una vida de victoria en medio de este mundo que se sumerge cada vez más en las tinieblas, como estaba profetizado.
Mi deseo es que te encuentres con un Dios poderoso y sobrenatural, que sigue obrando milagros tal y como lo hacía en los tiempos bíblicos.
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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