“Cuando tú buscas tu propósito de vida y lo encuentras, es como un renacer, y creo que lo he encontrado”
Gicela Valdéz es una persona que actualmente se dedica a ser una mujer amorosa, alegre, abundante, que da amor a los demás y que ha llevado esos sentimiento hacia su crecimiento personal y empresarial. Por una parte ha trabajado para certificarse como conferencista internacional y, por otra, tiene un negocio de materiales, Gice Joyería con Sentido, cuyo propósito es vender joyas que sean más que sólo adornos bonitos, sin que sean objetos que llevan un significado grabado en un símbolo, en su color o incluso en su material, que sea un apoyo o un incentivo para que su portadora pueda sentirse en armonía, sentirse acompañada (con los llamados de ángeles por ejemplo) o incluso sentirse protegida, mientras también ayudan a que una se vea aun más preciosa.
Ella misma lleva en su cuello un atrapasueños, que le recuerda que sus sueños siempre están a su alcance, que puede hacerlos realidad y que cualquier pensamiento queda ahí, atrapado.
“Cuando hay una necesidad, pues se vuelve hasta sencillo, porque la necesidad es la base de éste (el negocio)”
Gicela Valdéz, con catorce años, se salió de su casa, descubriendo responsabilidades y necesidades que la llevaron a su primer emprendimiento, la venta de oro. Posteriormente, no sólo se involucró la necesidad, también la pasión, de ser una mujer que le gusta estar arreglada y verse bien, por lo que, aprovechando su experiencia de vender oro, plata y piedras, decidió llevar eso a una joyería, con la que ya lleva 27 años.
De hecho, parte de sus objetivos con su empresa es que las mujeres conozcan el significado de lo que traen puesto.
Ser mujer es crecer sin límites
Gicela Valdéz se unió a AMEXME hace ocho años, en los que ha sido una asociada muy activa, siendo tesorera cuatro años y, en este consejo, vicepresidente 2. Estos años, que la han llevado a ser una de las miembros con más años, le han permitido ver historias de empoderamiento de mujeres, de mujeres que han crecido en sus ramos, y ella misma ha sido parte de ese crecimiento.
Y gracias a que ha trabajado con sentidos de necesidad, conciliación, amor, entrega e insistencia es que cimentó un camino firme hacia sus objetivos, porque es una mujer que siempre ha buscado su propósito de vida, ha trabajado por él y lo ha alcanzado.
Finalmente con toda esta historia, con sus logros y dificultades, extiende un mensaje para todas las mujeres:
“No nos olvidemos que las mujeres somos abundantes, somos generadoras, somos amorosas, somos saludables y, sobre todo, somos alegres, no perdamos esa alegría de vivir”
