En el siglo I, Atenas no era una ciudad de gran importancia política o mercantil, pero era el centro intelectual más famoso del mundo, tanto, que hasta los jóvenes de Roma solían acudir a Atenas para obtener su educación universitaria. Ahí confluían el conocimiento, la filosofía y la religión, donde los múltiples y famosos templos de Atenas eran obras de arte de insuperada belleza.
La filosofía, la cultura y la mitología griega habían influenciado a gran parte del mundo, incluyendo al imperio romano, siendo Atenas el centro neurálgico de ello.
Hasta este lugar llegó el apóstol Pablo y lo conmovió profundamente la cantidad de dioses que vio y el desconocimiento que tenían del verdadero Dios, aunque sabían que había uno al que no conocían.
Algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con él y lo invitaron a una reunión del Areópago para escuchar lo que tenía que decir.
El Areópago (Colina de Marte), era una colina donde, en lo alto, era la sede de la corte de justicia. Al pie, se reunían filósofos, maestros y personas que daban y escuchaban ponencias de diversos temas. Pablo fue llevado a la colina para que desde esa posición elevada pudiera ser mejor comprendido por un número mayor de personas, que si se hubiese quedado en la plaza.
Pablo tomó la palabra y dijo: “¡Ciudadanos atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A UN DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.”
Entonces, Pablo magistralmente les dio a conocer a ese Dios desconocido para ellos, un Dios único, que los amaba, que se había hecho hombre en la persona de Jesús, que había dado su vida en pago por los pecados de todos y que había resucitado demostrando que Él era Dios y que con eso garantizaba la vida eterna a quién en Él creyera.
Al igual que en la antigua Atenas, hoy hay muchas personas que no conocen a Dios. Han oído algunas cosas de Él, generalmente tergiversadas, que les hacen pensar en un Dios lejano, enojado y castigador, en un Dios religioso que prohíbe todo y que no se acuerda del hombre. Realmente les es un Dios no conocido y se pierden de sus mejores bendiciones. No saben que es un Dios amoroso, perdonador y salvador. No tienen ni la menor idea de sus buenas noticias, ni de sus promesas, ni de sus excelentes instrucciones para cada aspecto de la vida.
Dios es bueno y sólo tiene buenas cosas para usted. Acérquese a Él, platique con Él y conózcalo más en la Biblia.
Pastor Jorge Cupido
@jorgecupidoqro
EL SELLO
@ElSello.Qro
Domingos, 11.30 am
San José 498, Col. Carrillo Puerto, a 100 m. de Av. 5 de Febrero
Querétaro, Qro.
