MÉXICO, 11 ene (Xinhua) — La X Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN), que culminó en la capital mexicana, fue un evento de resultados políticos inmediatos para sus tres protagonistas, pero adoleció de compromisos profundos o logros que permitan hablar de un mayor fortalecimiento de la integración regional, afirmó el experto mexicano Oliver Santín.
El académico e investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México dijo a Xinhua que «lo más importante de esta cumbre es que se continúe celebrando» y que se comience a retomar como práctica institucionalizada, en tanto siempre es positivo en términos de acercamiento regional.
Los acuerdos de la X CLAN en materia de migración, seguridad, energía, combate al tráfico de drogas, armas y personas, y otros «ya venían previamente discutidos», por lo que la reunión «no tenía ninguna sorpresa», apuntó Santín.
La X CLAN abocó fundamentalmente, agregó, «al interés del presidente estadounidense, Joe Biden, de solucionar el problema tan fuerte que se está generando en la frontera con México con la llegada constante y masiva de migrantes queriendo ingresar a EE. UU. de manera irregular y, por otro lado, de hablar y concientizar al Gobierno de México de la problemática tan grande que se vive en EE. UU. con la crisis del fentanilo».
Santín destacó que Biden, al igual que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó a la cumbre enfocada en su agenda de pendientes en el plano bilateral y trilateral.
Por ello, «no se debe pensar que la cumbre va a servir para más». Se buscaron soluciones a los temas que son prioritarios para los Gobiernos: «migración y fentanilo en EE. UU., acuerdos energéticos y de la industria automotriz para Canadá, y para México tener un interlocutor en EE. UU. y que este no se entrometa en sus asuntos internos», explicó.
En opinión del académico, decir que esta Cumbre lanza o relanza, o lleva la relación y la integración de Norteamérica a un nuevo lugar no sería lo más acertado.
«Desafortunadamente no lo es», subrayó, al tiempo que comentó que, si bien la integración en Norteamérica es un hecho a nivel comercial y económico, a nivel social queda mucho por hacer, debido a que la integración no es pareja entre los distintos componentes de los tres países.
«Para que hablemos de una verdadera integración en Norteamérica, debemos primero lograr equilibrar los niveles de vida en los tres países, situación que estamos muy lejos de alcanzar.
México, desafortunadamente, continúa siendo un espacio donde la mano de obra es más barata que en EE. UU. y Canadá», comentó Santín.
Sobre los llamados de López Obrador a los otros líderes norteamericanos de abandonar el «intervencionismo hegemónico» en Latinoamérica y favorecer una integración continental que respete las soberanías y venza factores históricos negativos como la desigualdad y la pobreza, el experto afirmó que difícilmente sean escuchados, al menos en la magnitud deseada por el mandatario de México.
«Siendo realistas, no es una situación que interese a Estados Unidos, que tiene otras prioridades». Y tampoco a Canadá, que «tiene sus propios conflictos que resolver con EE. UU.», dijo Santín.
El académico concluyó que la CLAN sirve para los tres protagonistas a nivel político, al permitirles tener resultados benéficos inmediatos en sus intereses políticos fundamentales, pero no mucho más.
