Para todos es evidente que estamos en una gran tormenta. Existen muchas razones para tener legítimo temor: la violencia, el crimen y la actual crisis por la pandemia que ha agravado los problemas de salud y de economía, causando, además, serios problemas relacionados con el miedo, la angustia y las relaciones familiares, robando la paz interior de los individuos.
Estamos necesitando de una paz verdadera que traiga un alivio en estas circunstancias. ¿A quién recurrir? Hay varias opciones, sin embargo, hay alguien superior a todo lo que el mundo pueda ofrecer: Dios.
En la Biblia se nos narra una historia donde Jesús y sus discípulos van en una barca cruzando el mar de Galilea. De repente, se desató una fuerte tormenta. Jesús dormía en la parte trasera de la barca y los discípulos, aterrados, corrieron a despertarlo. Veamos el desenlace en la propia Biblia:
Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?». Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre? —se preguntaban unos a otros —. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!». (Marcos 4:39-41)
Los discípulos eran personas que creían en Jesús como su Dios y Salvador personal, eran personas que le seguían y que estaban en la misma barca que Jesús, por eso, ante la tormenta, no dudaron en correr a buscarlo y Él respondió calmando la tormenta.
Usted puede hacer suya esta historia. Puede acudir a los muchos remedios humanos o puede buscar a Jesús, Dios mismo, para que imponga calma y paz en su tormenta. Lo único que tiene que hacer es asegurarse de estar en la misma barca con Jesús, porque no importa lo que pase fuera de la barca, lo importante es quién está en su barca.
En la Biblia encontramos la formula para obtener la paz de Dios:
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
Jesús dijo: Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo (Juan 14:27).
Esa paz sobrenatural es un regalo para nosotros, pero Jesús pagó un precio muy alto por ella, su propia vida. Así que esa paz ya está pagada y todos los que se acercan a Él tienen el pleno derecho.
Usted puede tomar una decisión: buscar a Dios y creerle o apoyarse en sí mismo y en lo que considere seguro. Dios le ama y le está llamando a poner toda su confianza en Él. Quiere quitar el temor, la preocupación y la intranquilidad de su vida y darle su paz, aún en medio de la peor tormenta.
Puede ser que esté pasando por tiempos difíciles, así que es sabio tomar la decisión de meterse bajo su refugio, de tenerlo en su barca. No hay lugar más seguro.
Hoy es su oportunidad de acercarse a Jesús y dejarlo entrar a su vida, a su barca. No solo le dará su paz y protección en esta tierra, también le dará la vida eterna.
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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