BEIJING/Xinhua
Gobiernos y presidentes latinoamericanos pidieron medidas y acciones para que la más reciente tensión entre Israel e Irán no produzca un escalamiento en los conflictos de Medio Oriente, luego de que la República Islámica lanzara ataques con misiles y aviones no tripulados contra Israel, en represalia a la operación israelí con misiles contra el consulado iraní en Damasco el 1 de abril.
En México, el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado para que no escale el conflicto entre Irán e Israel, pues las guerras son «sinónimo de sufrimiento y muerte». El gobernante recordó que «no debe entrar en desuso la máxima de que la política, entre otras cosas, se inventó para evitar la guerra».
Además, la Cancillería mexicana condenó el uso de la fuerza en las relaciones internacionales e instó a las partes implicadas a contenerse y buscar soluciones de manera pacífica «para evitar la generalización del conflicto en Medio Oriente».
Por su parte, la Cancillería de Brasil expresó que «sigue con gran preocupación las informaciones sobre el envío por parte de Irán de aviones no tripulados y misiles hacia Israel, lo que pone en alerta a países vecinos como Jordania y Siria».
El centro de la diplomacia brasileña hizo manifiesta su preocupación porque la violencia en Medio Oriente escale a más países, diciendo que «desde el inicio del actual conflicto en la Franja de Gaza, el Gobierno brasileño viene alertando sobre el potencial destructivo de la extensión de las hostilidades a Cisjordania y a otros países, como Líbano, Siria, Yemen y ahora Irán».
Otro Gobierno latinoamericano que pidió labores en favor de la paz y el concurso de la comunidad internacional y organismos multilaterales fue el de Colombia. El presidente colombiano, Gustavo Petro, sugirió en su cuenta de X que «las Naciones Unidas deben reunirse con urgencia y comprometerse inmediatamente con la paz».
Petro también reaccionó a un mensaje de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el que condena los ataques de Irán a Israel y se solidariza con el Gobierno y el pueblo israelí. Al respecto, el presidente Petro manifestó que «el genocidio es y precede a toda barbarie, así que la OEA debe expresarse en el más absoluto objetivo de la paz; lo demás no es más que propaganda geopolítica que no lleva sino a la destrucción humana.
No es Irán ni Israel, es la paz el objetivo de la OEA». Otra gobernante que apeló al trabajo multilateral fue la presidenta de Honduras, Xiomara Castro. La jefa de Estado manifestó en su cuenta de X que «todos los países de América Latina y el Caribe nos hemos declarado una zona de paz. Hoy, Honduras ofrece a la Organización de las Naciones Unidas (y su presidente) el apoyo que requiera para activar todos los mecanismos necesarios y evitar una nueva guerra en el Medio Oriente, cuyas consecuencias serían impredecibles».
El Gobierno de Uruguay, a través de su Cancillería, lamentó «el agravamiento del conflicto, así como las consecuencias que pudiera implicar para la trágica situación humanitaria y de víctimas civiles de la región».
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tiene prevista para las 20:00 GMT del domingo una reunión en respuesta a una solicitud de Israel para que condene el ataque iraní. Posturas diferentes fueron las de Argentina, Paraguay y Ecuador, que se decantaron abiertamente por apoyar a Israel. El presidente de Argentina, Javier Milei, en un comunicado oficial «expresa su solidaridad y compromiso inclaudicable con el Estado de Israel, frente a los ataques iniciados por la República Islámica de Irán».
Más adelante la misma comunicación reseña que la Presidencia de Argentina «respalda enfáticamente al Estado de Israel en la defensa de su soberanía, en especial contra regímenes que promocionan el terror y buscan la destrucción de la civilización occidental». Los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, y de Ecuador, Daniel Noboa, también escribieron declaraciones similares en sus redes sociales.
Después del ataque de Irán contra Israel, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó «enérgicamente la grave escalada que representa el ataque en gran escala lanzado contra Israel por Irán. Pido el cese inmediato de estas hostilidades. Ni la región ni el mundo pueden permitirse otra guerra».
A su vez, el presidente de la 78ª sesión de la Asamblea General de la ONU, Denis Francis, expresó su preocupación por los recientes acontecimientos en el Medio Oriente, «Insto firmemente a todas las partes a que ejerzan la máxima moderación para evitar una nueva escalada de la tensión en la región. Este momento requiere de un juicio sabio y prudente, en el que los riesgos y las consecuencias deben ser cuidadosamente considerados», señaló Francis.
Otra reunión prevista para el domingo es la de los líderes del Grupo de los siete (G7), convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. «Mañana (domingo) convocaré a mis compañeros líderes del G7 para coordinar una respuesta diplomática unida al descarado ataque de Irán», indicó Biden en un comunicado después de sostener una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
A Biden, y en términos similares, se unieron los primeros ministros de Reino Unido, Rishi Sunak, y el de Canadá, Justin Trudeau, así como el canciller francés, Stéphane Séjourné.