Olga Breeskin es conocida en el país por su época en el cine mexicano, como vedette, cantante y violinista, por todos sus éxitos en el espectáculo e igualmente por algunos de sus fracasos, pero hoy en día ella se describe como una persona completamente renovada, tranquila, feliz, una madre, abuela, violinista y predicadora del evangelio.
Todo inicia con un instrumento
Ser violinista representa para ella un legado familiar pues su papá, Elias Breeskin, era considerado como uno de los violinistas más brillantes de su época, a quien escuchaba todos los días, gustándole tanto que a sus ocho años le pidió clases. Desde entonces, el violín se convirtió en un compañero arriba y abajo del escenario, incluso soñando con recorrer el mundo como concertista de música clásica.
“Siempre le agradecí a mi padre que no me dejara dinero, sino que me dejara una herencia musical, que es la que tengo, con la cual puedo sobrevivir en cualquier parte del mundo, gracias a él que tuvo la paciencia de enseñarme y gracias a que me gusta mucho tocar el violín”
Fue un sueño que no pudo concretarse, tuvo que abandonarlo en el baúl para dedicarse a bailar, cantar y ser una mujer de show debido a la necesidad financiera. Sin embargo, después de 12 años, retomó la música gracias al llamado del cristianismo, llevando su vitalidad y dedicación a varios lugares del México y también del extranjero.
Del violín al show
Gracias a sus juveniles presentaciones como violinista en un restaurante ricachón de la Ciudad de México, Raúl Velasco la ‘descubrió’, y algo le agradó tanto en ella que la invitó a presentarse en ‘Siempre en Domingo’. Y debido a la respuesta positiva del público, Raúl le solicitó ampliar su repertorio con baile, canto, jazz y hawaiano, ser una todóloga del escenario. Fue así que, sin darse cuenta, se fue alejando de su sueño de tocar el violín en vestidos elegantes y discretos para pasar a espectáculos en bikini.
Sin embargo, en su mejor momento sobre los escenarios, estuvo cerca de ocho años presentándose en un hotel Continental en la Ciudad de México, compartiendo con todos los compañeros del espectáculo, siendo en la década de los 80 el espectáculo más importante en su género, tanto así que pasó a la televisión con el nombre ‘Todos queremos a Olga’, un programa que aun se recuerda en la actualidad por el público asiduo.
Asimismo, participó en varias filmografías, junto a varios actores importantes, como Hilde Aguirre, Valentín Trujillo, Verónica Castro, Manuel ‘El loco’ Valdés, y varios más. Con la tranquilidad de que siempre aceptó papeles que no tenían desnudos ni escenas que coquetearan con la indecencia.
Sin duda, Olga Breeskin fue un ícono reconocido, quien ha tenido momentos de grandes éxitos, pero también de significativos infortunios. Cuando cruzó a Las Vegas, no obtuvo el éxito que esperaba, se enredó con las personas y los amigos equivocados, tomó malas decisiones y, lo que la llevó ‘al final del pozo’ llegó en 2005, cuando Juan Gabriel la avergonzó con todos los medios de comunicación al no presentarse como estaba planeado, cuando ella ya tenía un contrato firmado de trabajo, dejándola en una muy mala posición.
Aquello fue el inicio de una gran caída, todo lo que había acumulado se le escapó de las manos, se quedó sin ingresos y se hundió en hábitos autodestructivos. Ese fue su momento de inflexión, donde, gracias a Yuri, quien le enseñó el Evangelio, pudo salir adelante con la ayuda de Cristo, encontrando en él el consuelo y la fortaleza para vivir un día a al vez.
“Realmente me sentí un instrumento usado en contra de mi voluntad y de mis anhelos, pero estoy aquí de regreso, ya con el violín alabando al señor”
Inquebrantable, indestructible, invencible
Esas son las palabras con las que le gustaría cerrar su biografía, diciendo por delante que es una predicadora del Evangelio, una mujer restaurada, renovada y rehabilitada que ya no se refugia en hábitos autodestructivos, sino que esta alegre por la vida que tiene por delante, que disfruta lo que hace, de las personas con las que convive y la labor que realiza.
Y asegura que la Olga de hoy es indestructible, imparable, una mujer que no dará ni un paso atrás en el nuevo camino que ha elegido, agradecida por las oraciones del público, con Yuri que la llevó al Evangelio, y deseando compartir todo esto con todas las personas que quieran escuchar su mensaje.
“Les mando un saludo cordial y espero tener la dicha de poderlos saludar en Querétaro, de momento les mando muchas bendiciones, hasta luego” – finalizó.