La palabra bendición significa literalmente “bien decir” y tiene el concepto de decir , desear o hacer algo bueno para alguien.
Dios bendice a los que aprueba al protegerlos, favorecerlos, guiarlos, sanarlos, darles victoria, hacer que prosperen y cubrir sus necesidades, con el consecuente beneficio para esas personas. Entonces hay que saber cómo se hace uno acreedor a la bendición de Dios.
Hay varias puertas para la bendición, pero solo te voy a mencionar tres:
- La puerta de la obediencia. La Biblia dice: “Si obedeces al SEÑOR tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre: ” (Deuteronomio 28:2).
La bendición de Dios sobre Adán y Eva no se hubiera cortado si no hubieran desobedecido. Jesús vino a la tierra a vivir una vida de obediencia total para que la bendición fuera restaurada sobre todo aquel que cree en Él y le obedece. Cuando hay obediencia, Dios se compromete y se complace en abrir las ventanas de los cielos y vaciar bendición sobreabundante.
Se trata simplemente de hacer lo que Dios te dice que hagas, ya sea en lo general como cristiano o ya sea en lo personal de acuerdo con tu llamado.
Si Dios te está hablando, si te está indicando algo o está tratando con algo en tu vida, obedécelo, porque entonces estarás cruzando la puerta de la obediencia y el cielo entero se abrirá para ti.
- La puerta del conocimiento. En Proverbios dice que los necios aborrecen el conocimiento y que el sabio crecerá en conocimiento. Dios dice “Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce.” (Oseas 4:6)
Dios quiere que tengas información, por eso se tomó el trabajo de dejarnos por escrito todo lo que Él dice y aún te habla por otros medios. ¿Cómo vas a saber cuáles son las bendiciones disponibles para ti si no conoces la información? Imposible.
Tienes que saber lo que te pertenece, a lo que tienes derecho por causa de Jesús. Tienes que entrar por la puerta del conocimiento de la Palabra de Dios, te conviene.
- La puerta de la siembra. No puedes cosechar bendición hasta que siembres bendición. El bien que haces a otros, Dios lo hará para ti. Hay una ley que Dios estableció, se llama la ley de la siembra y la cosecha. La Biblia dice: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” (Gálatas 6:7)
La esencia de la ley universal de la siembra y la cosecha dice que ningún agricultor cosecha a menos que siembre la semilla. Sin embargo, esta ley tiene varios conceptos que conviene explorar. Para empezar, debes sembrar lo que esperas cosechar, además, el tamaño de la cosecha será directamente proporcional al tamaño de la siembra
El siguiente concepto de esta ley es que la semilla sembrada siempre se multiplica al ser cosechada. También esta ley dice que siempre debe pasar un tiempo entre la siembra y la cosecha. Debes esperar con paciencia el tiempo de Dios, el mejor tiempo para la cosecha, pero la mejor manera de preparar tu futuro es sembrar hoy y mañana y pasado mañana y todos los días. Aunque no veas pronta respuesta, no te canses de dar, porque a su tiempo cosecharás. Dios no miente.
Dios te dará la cosecha para que vuelvas a sembrar, cada vez más, pero también para que tú y tu familia disfruten de esa bendición.
Ahora ¿Cuáles son las semillas que se siembran? Son cuatro: actitudes, palabras, acciones y bienes. Si deseas que una cosa buena suceda en tu vida, debes hacer lo mismo por los demás.
Dios ya te dio las bendiciones más grandes, las eternas, de manera gratuita, con el solo requisito de lo aceptaras. Te perdonó tus pecados, te hizo su hijo y te dio la salvación eterna, nada es más grande y maravilloso que eso.
Pero su amor es tan grande que tiene más, mucho más para ti. Él es el dueño del oro y la plata, tiene sanidad, consuelo, alegría, paz y muchas cosas más. Todo lo que Él tiene está deseando que fluya hacia ti y a través de ti. No te van a venir a la boca mágicamente, pero están a tu alcance.
No esperes más para entrar por las puertas de la bendición. Hoy están a tu alcance.
Pastor Jorge Cupido
@jorgecupidoqro
EL SELLO
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Domingos, 11.30 am
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