Ilse Alcántara es madre de familia, feminista, compañera de vida, parte de la colectiva Hijas de la Goldman, mujer activa y vivaz, quien ha dedicado estos dos últimos años en apoyar y acompañar a mujeres que han sido objeto de violencia, pero que han decidido a denunciarla.
La persona detrás
Ilse, como la mayoría de las personas, no se define sólo por sus ideas y filosofía feminista y contra la violencia, ni son las únicas facetas de su vida. A ella le gusta bailar, le encanta la música, le apasiona el cine de culto, las series y la literatura policiacas, de terror, horror y suspenso. Además, es cannabicultora (con amparo), y tiene huertas con alimentos de consumo familiar, de hecho, le encanta estar con sus plantas y la mayor parte de su tiempo libre lo dedica a su cuidado.
Ilse tiene 3 hijos, de 12, 11 y 3 años a los que adora, pero comenta que: “para ser sincera consideró que, si en el momento que decidí ser madre hubiera tenido la conciencia que tengo actualmente; […] Yo no hubiera tenido hijos, ya que en nuestra sociedad hay demasiada gente enferma, con nula empatía o simplemente sin ganas de pensar en los resultados negativos o positivos de su forma de actuar”.
Y, como mamá, ha tenido que defender a su hija de acoso sexual en las primarias públicas, defender a sus hijos de profesores que se sienten atacados por su mentalidad progresiva, de padres irresponsables y enfrentarse a la egolatría de la sociedad.
Abogada feminista
Ilse ha afrontado situaciones que la han llevado a querer formarse como abogada feminista, por una parte, ha sido víctima de violencia intrafamiliar, por otra, se ha enfrentado a una sociedad que describe como: agresiva, déspota e indiferente y, aun peor, a una fiscalía sin personal capacitado para atender debidamente a las víctimas durante los procesos.
Ilse lleva una cicatriz en su labio para mostrar su lucha, ésta fue causada por los golpes infringidos por una de sus exparejas, y también ha sufrido de violencia psicológica, emocional, económica y sexual por otras parejas sentimentales. Adicional y lamentablemente, tuvo la experiencia de acompañar a una familiar para denunciar de abuso, pero terminaron con un sentimiento de rabia y abandono por parte del estado, porque no avanzaron con su caso.
Afortunadamente tuvo el apoyo oportuno de varias colectivas y amigas para tener justicia. Es necesario mencionar que, emocionalmente, ha podido superar todas las amargas experiencias gracias a la terapia, que le permitió reconocer que la culpa es de los violentadores y no de las víctimas.
En su opinión, los mejores apoyos de las víctimas son, primero que nada, la familia y los amigos cercanos, ya que necesitan mucho amor y valor para poder tomar la decisión de hacer una denuncia; seguido del apoyo psicológico, que es fundamental para entender y canalizar los factores que llevan a aceptar la sumisión, pues la mayoría de las agresiones son hechas por la pareja, el padre o familiares cercanos. Finalmente, cree que, cuando la víctima esta lista para enfrentar un proceso legal, es fundamental tener una abogada con perspectiva de género que pueda asesorar debidamente a la víctima durante el proceso.
Por esas experiencias es que Ilse quiere ser una abogada feminista (para ella, ser feminista significa: lucha, amor, compañía, justicia y libertad), por eso es que ha estudiado en cursos, talleres, congresos, participado en conversatorios, y se he acercado a lecturas que la ayuden a acompañar a las víctimas, como perfilamientos psicológicos, códigos legales y protocolos, entre otros muchos otros. Actualmente está participando en un taller de victimología, diversos talleres con perspectiva de géneros y un diplomado para fortalecer la participación política paritaria de las mujeres en el estado, y participa en un programa de radio de internet llamado “Fieras al micrófono”, y tiene página Kozmic.
Hijas de la Goldman
De hecho, el colectivo Hijas de la Goldman tuvo sus inicios con una convocatoria que realizó en su natal San Juan del Río, donde se realizó el performance El violador eres tú. El cual tuvo gran audiencia femenina, con la que se formó un tejido de redes e ideas que ayudaron a dar nombre y logo al colectivo. Éste se ha constituido con el objetivo de dar apoyo emocional y legal, realizar colectas de donaciones en especie para apoyar a sectores vulnerables, e incluso ser piso de partida para mujeres en situación de violencia, que se han quedado sin un hogar para ellas y sus hijos.
Agradezco a todas las miembras de nuestra colectiva: a Jimena, Ally, Aridiana, Sandra, Karla, Daniela entre otras de nuestras miembras, por hacer esta gran red de mujeres”- comenta.
Para Ilse, no existen razones para no denunciar, cree que hasta el acto más mínimo de violencia debe de ser denunciado. Si bien el proceso legal, efectivamente es largo, difícil y tedioso, y no siempre hay una recompensa o un alivio como tal con los servidores públicos, sí pueden esperar, de cualquier colectiva feminista, que harán todo lo posible por darles la justicia y la tranquilidad que se merecen todas las mujeres del mundo.
Para el futuro
Ilse espera ver el día en que todas lleguen con bien a las casas, que no pasen por ningún tipo de violencia o acoso en lugares de trabajos, escuelas o espacios públicos. Le gustaría ver empatía y un trato digno por parte de todos los funcionarios públicos de las instituciones que se dedican a la atención de víctimas (incluso señala a la Unidad # 4 de la Fiscalía, como el primer obstáculo que ha sorteado en cada uno de los casos que ha acompañado).
“Aborto legal, seguro y gratuito en nuestro estado, ya que somos unos de los focos rojos de nuestro país en cuanto a madres solteras y embarazos en adolescentes. Y que exista una separación del estado y la religión para crear reformas públicas que realmente nos favorezcan sin estar basada en la moral de machos y conservadores”- finaliza.