En tiempos de transición política o humana, si bien pensamos que todos los que ostentan el cargo de gobernador deberían regirse bajo la investidura constitutiva, en la realidad no es así. No se puede dejar de ser humano detrás de los cargos públicos o el servicio gubernamental. Más aún, no podemos dejar de lado nuestro lado humano en el periodismo.
Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”. Ryszrd Kapuscinski
Es evidente que los momentos políticos actuales son diferentes a los de hace seis años, en un hecho histórico que nos tocó vivir: la pandemia del siglo 21. Un virus letal que, aparte de ser testigo del rumbo público de Querétaro, también pudo haber sido causante de que esto no se hubiera llevado a cabo. El lado humano de la pandemia cobró vidas y los líderes políticos han sobrevivido a la contingencia. De entre ello, el periodismo fue vital para: informar, construir opinión de valor y difundir las medidas necesarias para controlar la epidemia del COVID. El periodismo salva vidas, pero también cobra facturas.
¡En una transición de gobierno, el poder del periodista lo dicta todo! Puede marcar el futuro de un estado o un país, tan solo depende de una única cosa: su pluma.
El valor de escribir, de ser pieza fundamental para reestablecer el poder de un Estado o una nación, ese es el periodismo. A lo largo de la historia, la comunicación y el periodismo han realizado acciones para establecer o reordenar: dictaduras, democracias y monarquías. Desde los periódicos del Tercer Reich, hasta los medios de comunicación en época de Barack Obama.
Mostrar la realidad social es un compromiso ideológico e informativo que el periodista asume con la población; compromiso sustentado con la ética profesional, de la que depende la credibilidad del medio comunicativo para el cual se labore.
Por otra parte, la política es la ciencia y el arte del buen gobierno dedicado al servicio de la nación; disciplina que se ejerce a partir de la participación y movilización condicionada de la ciudadanía en los asuntos y la orientación del Estado.
Periodismo y política son dos profesiones que están ligadas de por vida, ya que son los intermediarios entre el gobierno y la opinión pública. Por un lado, está el periodismo, que funge como el canal más recurrente para mantener informada a la ciudadanía; por otro, la política, el agente del cambio.
Además, son por naturaleza profesiones dedicadas a la mejora, cuidado y progreso de una sociedad, ambas trabajando siempre bajo las demandas de la misma, que son a la vez integrantes activos de una población.
El papel que juegan los medios masivos de comunicación en la política es fundamental, aludiendo a ello que todo periodista debe tener responsabilidad al informar y todo gobierno debe tener la responsabilidad de responder a la sociedad que está dirigiendo.
El periodismo es un oficio, una profesión, que lleva a quienes la ejercen a un contacto permanente con el poder. El hecho de mostrar la realidad, de reportarla, supone asumir un compromiso con esa realidad y adoptar una posición ideológica para reflejarla.
Superada hace mucho tiempo la discusión bizantina sobre si es posible la objetividad en el periodismo —“¿Contra quién eres neutral?”, se preguntaba Mark Twain—, el desafío se centra en la necesidad de asumir una subjetividad asentada en la honestidad intelectual.
En el periodismo, la ética no es un precepto inalcanzable, sino una herramienta indispensable para lograr el único reaseguro que tiene el oficio: la confianza de su público.
Y aunque sea fácil de escribir, lo más difícil de ejercer el periodismo, es hacerlo como: mujer, madre y esposa.
Fui la primera directora de un canal de televisión, con horario activo las veinticuatro horas, primera mujer que transmitió por un canal local, la toma de protesta de un gobernador, la transmisión directa de la Filarmónica de Querétaro, el concurso de habilidades y conocimientos de niños de primaria, de acuerdo a los reglamentos de la USEBEQ, partidos de futbol en vivo, entre muchos otros programas.
Considero que hoy debemos retomar el rumbo periodístico hacia el florecimiento humano. Nuestra transición política y periodística debe centrarse en el ser humano y no en el devenir político.
“Ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo, todos los días”., Gabriel García Márquez