El aguijón es cualquier instrumento puntiagudo que te puede punzar o picar como una espina, una aguja, una astilla, un clavo o la parte de un animal que te pica como la de una avispa, un mosquito o un alacrán.
La palabra aguijón es muy común en la Biblia y tiene por lo menos tres aplicaciones que tienen todo que ver contigo:
1. El aguijón como algo que te causa el mal y te incita a hacer al mal.
Cuando el pueblo de Israel entró a la tierra prometida, Dios les dio la instrucción precisa de expulsar a los pueblos que la habitaban y destruir sus ídolos, y el Señor les advirtió que, si no lo hacían, estos pueblos serían como un aguijón en su costado e iban a sufrir las consecuencias,.
El problema es que Israel no obedeció y sufrió las consecuencias: esos pueblos les causaron infinidad de problemas, los agredían, los invadían, los robaban, los contaminaban con sus ídolos y sus maldades e Israel terminó perdiendo la tierra prometida, tal y como Dios les había dicho que iba a suceder.
Cuando tu llegas a Jesús, recibes la tierra prometida, el lugar de las promesas y bendiciones de Dios gratis, pero tienes que hacer el trabajo de echar fuera todo lo que es del mundo, porque si no, tu acabarás siendo echado de la tierra.
Es tu trabajo quitar todo aquello de tu vida que te va a dañar e incitar al mal y cuentas con el poder y el respaldo de Dios para hacerlo. La vida cristiana no es una vida religiosa, aburrida, de apariencias y rituales, la vida cristiana es alegría, paz, libertad, santificación y frutos.
Pero eso implica una decisión y hacer un esfuerzo para quitar todo lo que no es bueno en tu vida. Pero aún ese esfuerzo es mínimo, dado que solo consiste en buscar la presencia continua de Dios y Él se encarga de eliminar esos aguijones.
2. El aguijón como un demonio que te quiere detener en tu obra cristiana.
El apóstol Pablo escribió: “me ha sido dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee para que no me enaltezca.” (2ª Corintios 12:7). Pablo explica claramente que el aguijón era un demonio.
El propósito del demonio era detener la obra de Pablo, pero Dios lo utilizaba para que a Pablo no le ganara el orgullo por causa de las revelaciones que el Señor le daba. Más adelante, Pablo explica en que consistían las bofetadas que el demonio le daba: insultos, persecuciones y dificultades. A donde quiera que Pablo iba a predicar, este demonio iba antes y después de él para causarle toda clase de problemas, azusando a la gente contra el apóstol y su obra.
Tu también traes a tu alrededor uno o varios demonios que quieren impedir tu trabajo ministerial a favor del Reino de Dios. Te van a abofetear con distracciones, burlas, insultos y dificultades a través de la gente que te rodea. Por eso, alerta, cúbrete con la armadura de Dios y no dejes que las bofetadas del diablo detengan tu vida cristiana y tu ministerio, al que fuiste llamado.
3. El aguijón como un aliento para hacer el bien.
Hay una parte positiva del aguijón en la Biblia, es decir, también es usado como una ilustración de algo que te despierta, te hace brincar y reaccionar para hacer el bien. Por ejemplo, las predicaciones del pastor y la Biblia misma.
Es un aguijón positivo, de gracia, sin condenación, que te alerta, te cae el veinte y te lleva a la acción, a una respuesta de tu parte, que siempre te conviene. Por eso, no dejes de ir a escuchar la prédica todos los domingos y no dejes de leer tu Biblia todos los días.
Así como no permitas que el aguijón del mal te pique, si permite que el aguijón de la Palabra penetre y se quede en ti, para que así, su poder, se extienda por todo tu ser, para que te mantengas firme y obtengas la maravillosa promesa de Jesús cuando vuelva.
Esto es lo verdaderamente importante, un destino eterno con la presencia directa de Dios y todas sus bendiciones.
Pastor Jorge Cupido
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