Manuel Garrido Patrón
Juez de Plaza
Encerrona de Payo García
Payo tomó alternativa para ser Matador de Toros hace 14 años. Uno de sus sueños se volvió realidad esta pasada navidad 2022 en la Plaza de su tierra, en su plaza, La Santa María de Querétaro: Encerrarse con 6 toros.
Payo llegó minutos antes de las 5 pm, hora fijada en el cartel para empezar la corrida. Antes, quiso pasar a la capilla a concentrarse y pedir a la virgen por su éxito. Tardó unos minutos. Me reportan que el Matador ya estaba listo para el paseíllo, y doy la orden de tocar el comienzo. Eran 5:10 pm
El primer toro, salió con enjundia y dio un par de vueltas. Con la muleta, Payo logró varias tandas que gustaron al tendido. Al matar, metió la toledana completa pero un poco tendida. Con eso bastó para que el toro cayera rápido. Los tendidos pidieron la oreja, y la concedí de inmediato.
El segundo toro, de pinta jabonero, gustó al salir al ruedo y venía bien en apariencia. La puya fue puesta en lugar inadecuado, y de inmediato se lo comenté a mi asesor, y coincidimos en que ese toro ya no iba a dar buen juego. Así fue, incluso a Payo le costó un poco matarlo, pero se cumplió. Aquí no hubo trofeos.
El tercero fue el peor de la tarde, no quiso entrar al caballo en varias ocasiones, lo que nos muestra mansedad en el toro, pues no quiere luchar, como debía de hacerlo. Payo se veía incómodo en la lidia, y este fue el único toro en que pinchó varias veces. Fue una faena corte, menor a los mínimos 7 minutos, y por tanto, el primer aviso se da a los dos minutos de haber hecho el primer intento con el acero.
En el cuarto toro, Payo fue otro. Mi comentario por el radio a todo el equipo fue: Este es el Payo que todos queremos ver, arriesgado, alegre, entrón, con el capote y con la muleta. Buenos pases, tandas largas rematadas con el de pecho, muchos naturales, que son los más vistosos, por la dificultad que tienen, pues son pases con la mano izquierda y con la derecha el matador sostiene la espada, por lo tanto, el espacio de la muleta es menor que en los derechazos. Con el acero estuvo muy bien, en buen sitio y el toro cayó de inmediato. El tendido pidió la primera oreja y luego la segunda, que también la otorgué.
En el quinto toro la lluvia empezó a caer más fuerte, y los tendidos sin techo se fueron de inmediato a la parte trasera, en donde si tiene el techo que hace la parte superior de la plaza. Payo me hizo una seña pidiéndome la anuencia para cambiar de orden el sexto y que saliera en quinto de la tarde. Accedí pues siendo matador en solitario, obviamos el sorteo y el matador es quien decide el orden de sus toros. Este fue un muy buen toro, que, por la inclemencia del tiempo, solo le sacó una oreja. Sin lluvia estoy seguro hubiera sido de más trofeos.
El sexto, el cierraplaza fue extraordinario. Aquí ya había parado la lluvia, pero el albero aún estaba muy mojado. A pesar de eso Payo estuvo estupendo con el capote y con la muleta. Tandas bien dadas, largas, bien rematadas, y el toro iba a todas. Se veía a Payo muy a gusto con el toro, se sentía entendimiento total entre torero y toro, y esto, siempre da como resultado una muy buena faena. Con el acero estuvo estupendo, tocando pelo, bien puesto hasta el pulmón, y el toro cayó casi de inmediato. Los trofeos fueron dos orejas.
Payo se fue a su casa con el sabor de haber cumplido ese sueño que tenía, y de manera extraordinaria. Seis orejas.