Rut es una de las cinco mujeres que se mencionan en la genealogía de Jesús y es la única mujer no israelita por quien se nombra un libro de la Biblia.
La historia de Rut es una historia de pérdida trágica, pero también es una historia de fidelidad. Rut fue fiel a su familia y a Dios, y Dios fue sobremanera fiel con ella.
En resumen, esta es la historia:
Rut y su cuñada, Orfa, se casaron con los dos hijos de una pareja israelita, Elimelec y Noemí, quienes habían huido de Judá para Moab a causa de una hambruna. Trágicamente, Elimelec y sus dos hijos murieron, dejando a las tres mujeres viudas.
Aunque las dos nueras decían amar a Noemí, cuando ella decidió regresar a su tierra natal, Orfa no la acompañó. Como Orfa, muchos dicen amar a Dios, pero no están dispuestos a dejar su antigua vida, ni sus ídolos, ni a seguir al Señor.
En cambio, Rut insistió en acompañarla, e hizo un compromiso para toda la vida de permanecer con Noemí y cuidarla, así como de adorar al Dios de Israel. Su declaración es una de las joyas de la Biblia: “A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” (Rut 1:16, NTV). Rut se convirtió en parte importante del pueblo de Dios, recordada hasta hoy, bendecida en vida y en la eternidad. De la otra jamás volvió a saberse.
Estando en Judá, Rut conoció a Booz, un pariente rico del difunto esposo de Noemí, mientras recogía espigas sobrantes en su campo de cebada. Booz elogió la dedicación de Rut para con Noemí e insistió en que recolectara solo en su campo para favorecerla.
Bajo la dirección de Noemí, Rut se presentó ante Booz en un encuentro nocturno en el campo y le solicitó que cumpliera el rol de pariente redentor a través de la práctica del matrimonio. Más tarde, Booz se casó con Rut y tuvieron un hijo al que llamaron Obed.
En el libro de Rut se nos narra la historia central de dos mujeres a las cuales les cambio la vida y pudieron recibir bendiciones de parte de Dios a pesar de haber pasado por circunstancias difíciles, circunstancias que lejos de alejarlas de Dios las hizo buscarlo de una manera más fuerte.
Esta historia nos muestra también como estas bendiciones las recibieron gracias al hecho de estar unidas ya que solas no hubieran podido recibirlas, lo cual nos recuerda la importancia de la iglesia y de la convivencia con otros creyentes. Alejados no podemos.
Noemí, gracias a Rut recibió compañía, apoyo material y nietos. Rut, gracias a Noemí recibió una familia, una relación con Dios y una honrosa descendencia que incluyó al rey David y a Jesús.
Las circunstancias adversas en la vida del creyente pueden ser usadas por Dios para bendición a condición de que el creyente se mantenga fiel y no se aparte de Dios.
Noemí y Rut, a pesar de las dificultades, decidieron seguir al Señor y, por su fidelidad, Dios no solamente les permitió sobrevivir, sino que las bendijo de forma extraordinaria.
Al seguir el ejemplo de ellas, podemos enfrentarnos a las dificultades en nuestra vida con el mismo valor y dedicación que lo hicieron Noemí y Rut. Ellas lo hicieron con fe en la ayuda de Dios, y así podemos hacerlo nosotros. Dios nunca defrauda a los que le buscan y confían en Él..
Pastor Jorge Cupido
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