jueves, septiembre 19, 2024

Este era un gato con los pies de trapo – Teresita Balderas y Rico

Leer algunas páginas de un libro al bebé antes de que nazca, le permite familiarizarse con la voz de la madre. Esta actividad lo conforta en los momentos de espera. Las formas de comunicación han cambiado; sin embargo, debe haber un vínculo fuerte entre padres e hijos que les permita comunicarse, es de vital importancia. Es una puerta que siempre debe estar abierta. Muchos problemas se evitarían si los padres estuvieran informados de lo que sucede a sus hijos en la escuela, con los amigos, en sus relaciones con los otros. No se trata de fiscalizar a los hijos, sino de estar pendientes de sus necesidades.

La modernidad en cualquier época ha traído consigo bienestar, y en contraparte, surgen situaciones que se convierten en problemas serios por desconocer su funcionamiento. 

La comunicación es inherente para la sana convivencia en el hogar, la escuela, con los amigos y el trabajo.

Tener un buen capital cultural permite desenvolverse con la seguridad que otorga el conocimiento.

La lectura es recomendable desde los primeros años de vida. Hace años, era costumbre leer algún cuento o fábulas a los niños. Generalmente por las tardes, cuando la madre o algún familiar terminaba sus quehaceres domésticos, reunían a los chicos para continuar una lectura iniciada días antes.

Cuando los niños se interesaban en alguna historia, ya fuera cuento, leyenda o anécdotas, durante la semana todos los días preguntaban a la mamá: “¿Ahora sí nos vas a contar el cuento? Tú lo prometiste”. 

Finalmente, el día que por fin continuaba con el cuento, empezaba diciendo:

─Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés, ¿quieres que te lo cuente otra vez?

─¡Mamá, ya empieza! ─urgían los chicos.

Mi madre nos contaba todo tipo de historias: de fantasía o de terror. A ella lo que más le gustaba narrar eran cuentos, donde la magia y la fantasía hacían que nuestra imaginación volara hacia lugares desconocidos.

En sus narraciones mencionaba reyes, príncipes, princesas, los parientes malos que pretendían quitarle al rey su corona. Había gente muy mala, los hijos del rey eran buenos, y como él estaba enfermo, tenían que defender el reino. Nos contaba de las caravanas que atravesaban el desierto, de las tormentas de arena de las que no todos lograban salvarse. Los camellos que iban cargados con piedras preciosas, seda y especias. Hacía énfasis cuando mencionaba los espejismos que veían los viajeros, ellos corrían para tomar agua porque morían de sed. Sin embargo, al llegar al lugar, solo encontraban montones de arena. 

Tuvieron que pasar muchos años para enterarme de que mi madre nos contaba cuentos de Las mil y una noches.

Algunas costumbres deberían conservarse, aún con la nueva tecnología, finalmente, todo fluye en el rompecabezas del universo. 

Todavía en la década de 1960, en los barrios del norte de la ciudad de Querétaro, las abuelas o mamás acostumbraban contar historias, leyendas que a su vez habían sido contadas por sus padres o abuelos. Generalmente un grupo de vecinas salían a la puerta de su casa a platicar sus avatares de la vida cotidiana, y algunas veces terminaban contando un cuento, para regocijo de los chiquillos.

El contar cuentos a los niños estimula su creatividad, la fantasía empieza a desarrollarse, el lenguaje es más fluido, el capital lingüístico se enriquece. Los niños tendrán los elementos necesarios para una amena conversación.

El proporcionar libros adecuados a la edad del infante favorece el gusto por la lectura, y esta actitud abona al desarrollo escolar. El niño fortalece su capacidad para realizar los deberes escolares, ya no los ve como una tediosa tarea de castigo, sino como una oportunidad de expresar sus ideas. 

En muchas escuelas y hogares, tanto maestros como padres de familia tienen que lidiar con la resistencia de los niños para leer y hacer sus tareas escolares. La comunicación es primordial para desempeñarse en cualquier situación de la vida diaria, llámese escolar, social, trabajo. El lenguaje es primordial, saber emplearlo facilita el tránsito en la convivencia social o empresarial. 

Para beneplácito de los queretanos, tenemos muchas librerías con un vasto catálogo de literatura, donde encontramos diversos temas del conocimiento humano, para todo gusto, necesidad y recursos económicos. Las grandes obras maestras las podemos adquirir a precios accesibles al bolsillo.

Encaminemos a los niños en el gusto por la lectura, que en un futuro cercano coadyuvará en su desarrollo intelectual, emocional y social.

Felicito a las escuelas y a sus maestros que se preocupan y ocupan en el desarrollo cultural de sus alumnos, desde preescolar. Sin lugar a dudas, los resultados a corto plazo serán magníficos. Pudiera ser que, en esos niños, estén los futuros genios en diferentes áreas del quehacer humano.

Apoyemos a los niños, jóvenes y adultos.

Leer es muy divertido, es conocer a los personajes del libro, en ocasiones el lector se hace amigo de ellos, camina a su lado, llega a conocer su historia de vida, sufre o se ríe de los sucesos.

He leído algunas frases de quienes aman la lectura. La persona que no lee vive solo una vida. La que gusta de la lectura vive varias. 

La vida no es un cuento de hadas, y, sin embargo, la lectura nos ofrece espacios de esparcimiento y aprendizajes.

Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés, ¿quieres que te lo cuente otra vez? 

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