La Biblia dice: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. (Mateo 5:9)
La palabra pacificador original en griego es una palabra compuesta que significa “hacedor de paz”. Entonces, el Señor no está refiriéndose aquí a personas pacíficas o que les gusta la paz. Se está refiriendo a aquellos que intervienen activamente para hacer la paz.
En el mundo lo natural es contemplar los conflictos desde un lugar seguro, sin meterse, algunos solo haciendo declaraciones populistas, de adorno, para quedar bien, incluidas todas las concursantes de Miss Universo que siempre desean la paz mundial, pero que nunca mueven un dedo para hacer algo al respecto.
Lo que significa ser un pacificador es tomar acciones para alcanzar la paz en su entorno, comenzando por su familia. Un pacificador es uno que reconcilia a los enemigos o a los enemistados por medio de la paz, incluyéndose él mismo, o más bien, empezando por él mismo.
El pacificador no hace otra cosa que seguir con la misión de Jesús, de reunir las cosas separadas y establecer la paz.
Jesús no solo es nuestra paz, es también nuestro ejemplo de pacificador: reunió las cosas separadas por medio de acciones, no solo por buenos deseos. En este caso sus acciones fueron su pasión y muerte en la cruz. De esta manera, reunió nuevamente al hombre con Dios.
Jesús estableció una cultura de paz. Esto significa no solo convivir en armonía, sino hacer todo lo que dependa de cada uno para establecer la paz.
Un pacificador es el que hace tres cosas:
- Hace todo lo posible para evitar conflictos con otros.
- Soluciona rápidamente sus conflictos con otros.
- Hace todo lo posible para ayudar a solucionar los conflictos entre otros.
La vida no es Disneylandia donde todo es felicidad y no hay ningún problema. Al contrario, la vida es fuente inagotable de conflictos interpersonales y es ahí donde la paz debe surgir en los que son pacificadores.
No podemos imponer la paz por la fuerza, o garantizar la paz, pero podemos hacer todo lo que depende de nosotros para lograrla.
Ahora bien, los pacificadores tienen una gran promesa: serán llamados hijos de Dios.
Un mito que la gente cree es que todos somos hijos de Dios, pero la Biblia dice que solo se puede llegar a ser hijo de Dios recibiendo a Jesús como Salvador. Pero no termina ahí la cosa.
La palabra hijo se refiere a uno relacionado con una persona que le ha dado sus características y que demuestra esas características. En este caso, al haber recibido a Jesús genuinamente se recibió su genética espiritual, pero tiene que ser demostrada.
La dicha y recompensa de los pacificadores es que serán reconocidos por lo que son, hijos de Dios, pues demuestran el carácter y la misión de Dios. Su parentesco con Dios es visible. Dicho de otro modo, un hijo de Dios no lo es porque lo diga, sino porque lo demuestra, es un imitador de Jesús, es un pacificador siempre.
Termino con 3 preguntas:
¿Por quien serán llamados hijos de Dios? Por Dios mismo, que es el único reconocimiento que vale.
¿Cuándo serán llamados hijos de Dios? Especialmente cuando Jesús regrese por los suyos.
¿Qué implica ser llamado hijo de Dios? Todas las bendiciones y promesas de Dios para sus hijos, en esta tierra y la vida eterna con Dios.
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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