En conmemoración del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, Punto Bajío se acercó a Carmen Herrera de Kuri para conocer sobre ella, su personalidad, su crecimiento y descubrir un poco sobre quien es Car más allá de su manto en el servicio público.

Ella es Carmen
Carmen Herrera, una mujer sensible, alegre, empática y sencilla, es una persona que se preocupa mucho por las personas que la rodean (incluyendo, por supuesto, a su familia) y quien se siente comprometida con todas aquellas personas que la puedan necesitar.
Y ella misma se ha inspirado en mujeres de su familia para ir formando a la mujer que es hoy en día. Está muy orgullosa de todas ellas, pues ha sido capaz de aprender de sus abuelas, de su mamá y también de sus hijas. Éstas últimas, Sabina y Carmen María, son su fuente de inspiración y de ejemplo, con su forma de ver la vida de la que aprende todos los días. Y de su madre y abuelas ha visto y aprendido sobre la entereza, la tolerancia y el respeto.

Una mujer que ha cambiado
Para Carmen fue un proceso de transición ser capaz de adecuarse a los cambios, porque tiempo antes era una mujer a la que le costaba adaptarse a ellos, porque era un poco rígida y cuadrada. Pero el paso de los años y con lo que la vida le fue poniendo de frente, ha aprendido a fluir con la corriente, a ser más tolerante, más empática e ir relajándose, lo que no significa que ya no se preocupe, sino que le es más fácil adecuarse a otra solución en lugar de estresarse por lo inesperado.
Por supuesto, convertirse en madre contribuyó mucho en este proceso, porque cada día es diferente, los enfoques y las situaciones siempre varían, y tuvo que aprender a fluir conforme a lo que su hijo o sus hijas iban demandando y necesitando.
Eso también implicó conocer un increíble sentido de responsabilidad que no había tenido antes, pues sólo debía preocuparse de su esposo y ella, dos adulto autónomos con ideas definidas, pero al ser mamá emprendió en un nuevo mundo en que una vida dependía de ella, tenía que educarla, trasmitirle la mejor versión de Carmen y lograr que esa pequeña criatura se convierta en una persona de bien y una persona feliz.

Deseando un futuro de mayor libertad
Carmen expresa que la libertad de expresión que tienen los jóvenes, de decir lo que opinan, decidir lo que van a hacer con sus vida y de tener muchas oportunidad para educarse, es un gran cambio que se alegra de presenciar.
En especial, quiere que las oportunidades de educación sigan creciendo y siendo accesibles para las futuras generaciones.
“Que todos tengan derecho a la educación porque, sin duda, es una de las herramientas que cualquier ser humano puede aspirar a tener para tener mejores condiciones de vida, no sólo económicamente, sino también en cualquier ámbito personal en el que se desenvuelva”

Un sueño que inicia desde nosotras y nosotros
En cuestión de la equidad de género, un tema que ha despegado en los últimos años, Carmen Herrera piensa que un posible paso para acercarse más a ella está en que seamos más cercanos, más conscientes, más empáticos, más tolerantes, más responsables y, desde la trinchera que cada quien esté, abonar para hacer conciencia y trabajar para que no haya esta brecha de desigualdad.
Además, tiene fe en que todos podemos ser parte de ese cambio, mujeres, hombres, niños, niñas y adultos mayores, porque cada uno de nosotros es parte del problema y también de la solución, estamos en el mismo barco y entre todos podemos elegir su dirección.

Finalmente compartió unas palabras que dirige a todas las queretanas por este día de reflexión:
Yo creo mucho en la mujer, en esa fuerza que tenemos, fuerza interior, en esa capacidad de intuir esas cosas que, a lo mejor, otras personas no lo ven. Entonces, que crean en ellas mismas, que el cielo es su límite, y que hay una red de apoyo. Que entre mujeres haya esa confianza en que, entre mujeres, podemos estar cercanas, de pedir apoyo y que hay una red de mujeres siempre disponibles para otra mujer.