viernes, marzo 21, 2025

Tormentas – Jorge Cupido

Las tormentas son destructivas, hunden barcos, tiran casas, destruyen cultivos, matan gente y animales y muchas cosas más. Después de su paso, quedan solo escombros.

Todos pasamos por tormentas, es decir, por periodos de crisis donde las circunstancias parecen juntarse en nuestra contra. Pero, te tengo buenas noticias. Si en este momento estás en medio de una tormenta, vas a salir de ella. Si no estás ahorita en una tormenta, seguro estarás en una o en varias en el futuro, pero no te preocupes, también vas  a salir de ellas. 

Si has creído en Jesús como tu Salvador, entonces te digo que tú vas a salir de la tormenta basado en que: Dios todo lo puede, tú eres su hijo y Él es tu resguardo seguro en la tormenta. 

Así que, aprende como salir de la tormenta, con el poder de Dios. Te voy a decir 4 maneras de hacerlo.

1ª manera. Con arrepentimiento. Hay tormentas en la vida que no vienen ni del mundo, ni de Satanás, sino de nuestras malas decisiones. Hay cristianos involucrados en tormentas matrimoniales, familiares, de negocios, financieras y de muchos otros tipos, solo porque tomaron malas decisiones.

Se guiaron por su propia sabiduría y no consultaron a Dios o flagrantemente hicieron algo diferente a lo que Dios quería, viendo solo por sus propios intereses. Le podríamos llamar la tormenta de la necedad, el egoísmo y la desobediencia. 

Jonás es el clásico ejemplo bíblico de esto, pero salió bien librado. Si estás metido en esta clase de tormenta, haz lo mismo que Jonás, confiesa tu pecado, arrepiéntete, clama a Dios y obedece. Dios es bueno, te ama y está muy dispuesto a sacarte de la tormenta si lo haces.

2ª manera: Camina sobre la tormenta. Los discípulos iban en una barca por el mar de Galilea y, de repente, se encontraron con una tormenta. En eso vieron a Jesús caminando sobre el agua y Pedro le dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre el agua. Jesús le dijo: ven y Pedro camino sobre el agua hasta que volteó a ver las circunstancias y comenzó a hundirse. Jesús lo toma de la mano y regresan caminando hasta la barca. Entonces sucede otra cosa sobrenatural: la tempestad se calmó.

¿Qué prefieres en tu vida? ¿Caminar con Jesús sobre el agua, o quedarte asustado en la barca con la certeza de que la tormenta te va a hundir?.

Quedarte en la barca significa vivir una vida común y corriente, enfocada en ti mismo y asustado por las circunstancias. Caminar sobre el agua significa poner los ojos en Jesús, sostenido por un llamado, una fe y un poder absolutos de Dios. Entonces, la tormenta se calma. 

Si tú quieres caminar sobre el agua y empezar a ver lo sobrenatural de Dios, necesitas dejar de pensar en ti mismo y empezar a pensar en tu Señor. Cuando piensas en lo eterno, haces lo imposible.

3ª manera: Con la declaración de la Palabra.  Lo que tu boca esté declarando te puede servir y bendecir o te puede herir y destruir, así que tu determinas tu destino con lo que declaras.  

En general, puedes hablar maldición o bendición, una es destructiva y la otra creativa, tanto en las relaciones humanas como en las circunstancias. Pero también está disponible para ti hablar de acuerdo con lo que Dios dice, entonces no solo es bendición, también es sobrenaturalmente poderosa. Por lo tanto, necesitas conocer la Palabra, creer la Palabra y declarar la Palabra de Dios en cada circunstancia.

En una ocasión, Jesús se embarcó con sus discípulos para cruzar el mar de Galilea. De repente se desató una tormenta y los discípulos corrieron a despertar a Jesús que descansaba en la parte de atrás de la barca. “Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo.” (Marcos 4:39).

La declaración con fe de la Palabra de Dios crea realidad y calma toda tormenta.

4ª manera: La oración. En las otras tres maneras de salir de la tormenta, siempre hubo un clamar a Dios. Jonás oró a Dios en el vientre del pez, Pedro recurrió a Jesús cuando se hundía, los discípulos corrieron a despertar a Jesús en la tormenta. Y es que la palabra de Dios es muy clara:

“En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar.” (Salmos 107:28-29)

Finalmente, he de decirte que, tanto Jonás, como Jesús y los discípulos, salieron de la tormenta para cumplir la voluntad de Dios. Recuerda que a Dios lo que más le interesa es que Su Reino se extienda en la tierra y esa es tu tarea principal.

No sé en qué clase de tormenta estás o vas a estar, pero ahora ya sabes cómo salir de ellas. Dios está contigo y no hay tormenta que lo pueda vencer. Él es el Dios de lo imposible.

Pastor Jorge Cupido

@jorgecupidoqro

EL SELLO

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