martes, abril 16, 2024

Menos es más – Sandra Fernández

Muchas veces hemos escuchado la frase: “Menos es más”; lo decimos cuando queremos dar una buena impresión, sin exagerar.  Mi madre me lo decía cuando yo quería impresionar de alguna forma con mi atuendo, quería colgarme “hasta el molcajete”, la cual por cierto es una frase qué al oírla un extranjero no la comprendería del todo y se explica básicamente como que por querer lucir espectaculares exageramos y el resultado, por ende, es terrible, causando exactamente el efecto contrario.

Es lo que se conoce de una forma más elegante como “minimalismo”, que es la tendencia a reducir todo lo que no es esencial, despojándonos así de lo que sobra o está de más. El concepto inició como un movimiento artístico atribuido al arquitecto Mies Van de Roche. 

La influencia japonesa ha sido fundamental en el desarrollo de esta idea, ya que reduciendo el desorden y simplificando las cosas, consigue una sensación de tranquilidad, orden y pureza. 

Sin embargo, este concepto va más allá y se puede aplicar en otras esferas de nuestra vida. Seguro marcará una diferencia el adquirir un estilo de vida minimalista, por ejemplo, en el uso del tiempo, sacándole más partido a este, simplificando nuestras vidas y viviendo de forma más ligera.

Tareas tan sencillas como gestionar las prioridades hacen ver que no todo es tan importante como parece. Si lo pensamos un poco más, algunos temas son prioritarios, sin duda; pero otros más; los más no necesitan ni el mínimo de nuestra atención ya que, paradójicamente a veces, son los que más ocupan nuestra atención. 

Se trata de simplificar lo que hacemos, incluso lo que tenemos. Nuestros espacios también necesitan un respiro. Dicen que como es afuera es adentro y es verdad: los espacios atiborrados de cosas reflejan nuestro caos mental y, por otra parte, nos provocan una gran pérdida de tiempo, ya que a veces lo que necesitamos se pierde entre tanto enredo de pensamientos y por ende de cosas.

También es sobre la importancia de decir no y de llenarnos de compromisos que nos terminan agotando mental y físicamente. Ser consientes de que no vamos a viajar a todos los lugares que queramos, ni a vivir todas las experiencias, ni a leer todos los libros, pues para ello requeriríamos vivir 200 años, pero eso no va a suceder. De ahí la importancia de priorizar y ver cada segundo tan valioso como un regalo, porque en realidad lo es.

Yo lo resumiría en el arte de saber parar, de saber detenerse antes de hacer de forma automática lo que hacemos. De ir un poco contra corriente. Hacer limpieza de pensamientos innecesarios, de actividades absurdas. Que nuestra mente viaje tranquila y ordenada. 

Ahora que se acerca diciembre, uno de los meses mas ocupados del año, de tan solo pensarlo a veces nos genera un grado de estrés importante al solo imaginar la cantidad de compromisos que se avecinan. Es un buen momento de canalizar nuestros esfuerzos en deshacernos de lo que nos quitará tiempo, energía, armonía.

Sí, estoy de acuerdo con mi madre: al final, menos es más.

Por: Sandra Fernández

Más información
Relacionado

Propone Murguía “Becas para que mientras estudies, aprendas trabajando”

“Los gobiernos de Morena han dejado de apostarle a...

FMI eleva a 3,2 por ciento previsión de crecimiento mundial en 2024

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó hoy martes su previsión del crecimiento mundial en 2024 a 3,2 por ciento

Biden reitera el compromiso de EEUU con la seguridad de Israel y subraya la necesidad de contener el conflicto

WASHINGTON/Xinhua El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró hoy...

Inauguran primera ruta aérea directa de carga entre Jiangsu y América Latina

Un avión de carga A330 de México, con 54,6 toneladas de mercancías de comercio electrónico transfronterizo