La relación que vimos desde pequeños en el matrimonio de nuestros padres está llena de enseñanzas, ya sea para repetir cuando formamos nuestra propia familia, o para evitar otras cosas con nuestra pareja. De niños vamos absorbiendo todo lo que está a nuestro alrededor, y la manera en cómo se llevan papá y mamá es una de ellas. Es normal que en el día a día vivamos diferentes situaciones, algunas muy alegres, otras tristes y otras que nos molestan y causan que nos enojemos, y la manera en cómo la afrontamos será de gran aprendizaje para nuestros hijos.
- Es importante mostrar una vida de pareja real y viva, en la que el amor supera las adversidades. Que nuestros hijos sepan que papá ama a mamá y mamá a papá. Platicar en familia la historia de noviazgo y ver fotos de la boda es muy enriquecedor para los hijos.
- Tengamos detalles con nuestra pareja, muestras de cariño, algo tan simple como una flor, un beso, un abrazo delante de nuestros niños harán la diferencia.
- No es lo mismo discutir que pelear. En ocasiones hay discusiones entre adultos, pero son pacíficas y llegan a un acuerdo, es normal tener diferentes puntos de vista. En cambio los pleitos son violentos, dañan a segundos y lastiman a terceros, hay que evitarlos 100% y lo más importante nunca frente a los hijos, la violencia genera más violencia.
- Enmarquemos que las diferencias entre hombre y mujer son positivas y complementarias. De pronto escuchamos chistes, o se nos hace fácil reírnos de situaciones en las que se distorsiona por completo la relación entre un hombre y una mujer, en la que uno representa una carga para el otro…cuando es al contrario, la vida en pareja es hermosa cuando se va de la mano caminando juntos en un mismo proyecto de vida, construido por ambos, logrando así la plenitud como individuo pero en complicidad con el otro. Hombre y mujer se complementan cuando se trabaja en equipo.
- Ser amables y pacientes entre los padres, hará que nuestros hijos lo sean también, con los que le rodean de pequeños, y con la pareja que elijan en el futuro.
- Pasarla bien juntos. Que la convivencia familiar sean experiencias divertidas, en las que el juego y la risa están presentes. Que nuestros hijos perciban que la relación entre esposos va más allá del trabajo y la economía.
Siempre será de admirar, respetar y agradecer el ejemplo que nuestros padres nos hayan dado, porque hasta los errores enseñan y se aprenden cosas buenas. Ahora que somos padres nos toca dar un ejemplo que nuestros hijos agradezcan cuando decidan formar su propia familia.