¿Quién, en algún momento de la vida, se ha sentido perdido? Creo que todos.
En la televisión hay una popular serie que se llama “Lost”. Se trata de un grupo de sobrevivientes al estallido y accidente de un avión, que logran llegar a una isla donde viven una serie de aventuras. El problema es que no saben dónde están y se encuentran desesperados tratando de volver a casa y recuperar sus vidas. Todos están perdidos.
Perdido no solamente quiere decir estar físicamente en un lugar equivocado o desconocido, también se puede estar emocionalmente perdido, desorientado, abrumado y desesperanzado, es cuando no entiendes lo que está pasando o eso te está aplastando, ya te sobrepasó y no encuentras la salida. Estas perdido en una circunstancia que afecta tu mente y tu corazón.
En el sentido espiritual, Dios habla de gente perdida, de almas perdidas y nos explica que están así por no conocerlo a Él. Espiritualmente hablando, una persona está perdida porque no tendrá vida eterna junto a Dios, sino separado de Él y en sufrimiento eterno. Es el estado de pérdida más terrible.
Hay una similitud en lo que sucede tanto en el mundo físico como en el emocional y el espiritual para una persona perdida.
Las acciones que se deben tomar en los tres mundos son similares:
La primera cosa es descubrir donde estás. Si no sabes donde estas ¿cómo vas a poder saber a dónde ir? Tienes que consultar un mapa. Espiritualmente hablando, la Biblia es el mapa donde tenemos que descubrir nuestra situación espiritual para poder seguir hasta donde Dios nos señala que quiere que estemos, para nuestro bien.
En segundo lugar, los personajes del programa “Lost” buscaron como mandar un mensaje pidiendo ayuda pues, por ellos mismos, no pudieron salir de su situación. Espiritualmente hablando tienes que reconocer que estas totalmente perdido y que no hay nada que puedas hacer por ti mismo para salir de esa situación. Tienes que mandarle un mensaje al único que te puede ayudar.
Finalmente, necesitas ayuda de afuera, de alguien que no solo no está perdido, sino que tiene todos los recursos para sacarte de esa situación. Tal vez intentas salir, pero no puedes. Subes montes, construyes un barco, haces señales de humo, pero, en realidad, nada te ayuda. Necesitas de alguien poderoso que pueda y quiera salvarte. Tanto en tu situación emocional, familiar, sentimental y, especialmente, espiritual, el único que puede ayudarte es Jesús.
La respuesta para cualquier persona perdida en cualquier área es Jesús, porque Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Jesús contó esta historia: Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido.” (Lucas 15:4-6).
Si reconoces que estas perdido, necesitas un Salvador y Jesús está dispuesto a serlo, tan dispuesto, que dio su vida por ti. Háblale, mándale una señal de auxilio y te rescatará en esta vida, además, más importante aún, te dará vida eterna con Él.
Pastor Jorge Cupido
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