Karina Castro, después de estar seis años al frente del DIF Estatal, está a unos días de pasar la antorcha, pero se llevará grandes experiencias, aprendizajes, retos cumplidos, amistades y cansancios.
Curiosamente, aun con esta transición en puerta, puede afirmar que ‘entró una Karina y salió la misma Karina’, pues en esencia continúa siendo la misma persona. Eso sí, más fortalecida, muy agradecida, muy contenta y, sin duda, bendecida de que los queretanos le abrieron las puertas y sus corazones.
Sumergiéndose en algo nuevo
Karina era una mujer cuyo proyecto de vida era (y sigue siendo) su familia, por lo que nunca estuvo en sus planes pertenecer al gremio político. Sin embargo, a su esposo, Pancho Domínguez, le nacería tal interés por la función pública que, sin darse cuenta, ya lo ha acompañado en un trayecto político de 16 años, en el que le ha tocado ser presidenta del DIF Municipal (2009-2012) y Estatal de Querétaro (2015-2018).
Pero han sido etapas que le permitieron crecer como ser humano, ser más vulnerable y le recordaron que siempre hay razones para sonreír, para seguir adelante, para trabajar y agradecer. El poder cambiar las vidas de adultos mayores, de mujeres, niños y adolescentes la ha hecho más humana y le ha dejado un gran sabor de boca y en el corazón.
Para ella, ser la cabeza del DIF Municipal de Querétaro fue una experiencia gratificante, pero muy difícil de comparar con el DIF Estatal, una empresa de mayores dimensiones territoriales y de población, de mayores retos y responsabilidades. Por lo que, para trabajar como lo deseaba (metódica, organizada y meticulosamente), necesitó y contó con un gran equipo de trabajo que atendió equitativamente a las familias de los 18 municipios.
Karina nos asegura que todos en su equipo se caracterizaron por ser los mejores en lo que hacían, por saber cuáles eran sus papeles y funciones. Lo que permitió que el DIF Estatal fuera el mejor equipo de trabajo de toda la administración. Por esas razones, se siente muy agradecida con todos ellos, por el increíble apoyo mutuo y la gran mancuerna que realizaron.
“Finalmente, esto no lo hice sola, lo hice de la mano de un gran equipo que me sigue acompañando hasta el último día […] me llevo una gran familia del DIF Estatal”
Dejando huella propia
Karina Castro le imprimió al DIF Estatal su personalidad metódica, cuadrada, organizada al detalle y empeñada en siempre dar lo mejor. Pero eso no significa que todas las presidentas del DIF deban ser iguales, sino que cada una debe ser ella misma y darle su propio sello a la institución, asegura.
Para ella una de las cosas más importantes es empezar y terminar ese periodo siendo auténtica, fiel a sí misma y a la esencia de su ser. Y Karina se va completamente satisfecha, muy contenta, con la certeza de que hizo lo correcto y con la frente extremadamente en alto por este sexenio en el que siempre dio todo por el DIF estatal, y en el que pudo dejar un buen estándar de trabajo, con una economía sana y con muchos proyectos palpables para los queretanos.
“Hoy sí te puedo decir con certeza que lo logré, que lo hice de corazón, que sobre todo estoy muy agradecida con todas las personas que creyeron en Karina Castro”
Experiencias que cambian la vida
En seis años se acumulan experiencias y se viven situaciones que pueden cambiarle a uno la vida o la visión de cómo vivirla. Entre las muchas que tuvo en este tiempo, Karina Castro tiene presentes dos en especial.
Una sucedió en una comunidad de la Sierra que vivía en situación de pobreza, un pequeño jugaba con un par de piedras cuando la vio y se le acercó para preguntarle por qué la cara de tristeza (preocupación, le respondió); no muy convencido, él le dijo que tenía que ser igual de feliz que él, porque a él no le hacía falta nada para ser feliz.
“Creo que esta criatura me dio la elección más fuerte de vida que pude haber tenido, que él era feliz con sus 2 piedritas”
Y la segunda, que la guarda cerca de su corazón, fue de un pequeño que se encontraba en el Centro de Asistencia Social Carmelita Ballesteros. Alex sufría de una enfermedad degenerativa que en sus últimos seis meses de vida ya no le permitía hablar ni moverse, pero tuvo una conexión tan profunda con ella que, de manera inexplicable, cada que lo visitaba decía ‘mamá’. Gracias a esta interacción entendió que, cuando uno cree en el poder de lo que es el verdadero amor, de lo que es la verdadera entrega, pueden suceder milagros.
“Lo que Alex Santos a mí me enseña es algo maravilloso, es una lección de amor a la vida, a las personas, el agradecimiento que tuvo hasta su último respiro es una de las grandes lecciones que me llevo”
¿Qué sigue?
Una vez que haya librado el 30 de septiembre, que será un día muy emotivo para ella, pues se despide de su gente, de su equipo y de un trabajo de años, no está completamente segura de qué le depara en el futuro, además de un buen descanso.
Ya le han ofrecido ser parte de instituciones y organizaciones de servicio público, pero Karina es de la opinión que no es necesario pertenecer a alguna de ellas para tener una visión de servicio, por eso no tiene planeado unirse a ninguna. Ella seguirá sirviendo al estado desde la trinchera de ciudadana, algo que trae en la sangre y que ha hecho desde joven.
“Definitivamente Karina Castro seguirá sirviendo al estado siendo Karina Castro, ya no la presidenta del DIF, como ciudadana”
Pero antes de todo, es hora de que pueda disfrutar de su casa, de ropa cómoda, palomitas y una buena película. Es momento de reactivar la relación con sus amigos, con su papá, con sus hermanos y sobrinos, a quienes siempre veía con un temporizador en mente. Ahora podrá tomarse el tiempo para disfrutar calmadamente de sus actividades, de su comida, de las relaciones cercanas y de ella misma.
“Voy ya a días de concluir esta administración. Lo agradezco y lo volvería a hacer encantada de la vida, pero siempre y cuando haya un descanso […]. Necesito pasar de 100 a cero, tomarme unas merecidas vacaciones y después reinventarme. Creo que eso es lo más importante aparte de las palomitas y la película, necesito reinventarme, porque les digo que estoy como rompecabezas, estoy en piezas. Fuerte, muy agradecida, pero en piezas”
Seguramente, sin importar en qué proyecto decida emprender, seguirá demostrando su gran temple y pasión de servicio.
