La vid es un arbusto de muy larga vida y cuyo fruto es la uva. Es frecuentemente citada en la Biblia, pero la ilustración profética más importante de la vid es Jesús, quién dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.” (Juan 15:1-2)
Hay aquí tres personajes:
- Jesús es la vid verdadera, no es la religión, no es la iglesia, no son los líderes, es Jesús. Hay otra vid diferente, la no auténtica, la que es del mundo y de Satanás. Es la que produce frutos malos, y frutos egoístas. Esa será echada con todas sus ramas al lago de fuego eterno.
Entonces hay dos vides, la verdadera y la falsa y todos los seres humanos pertenecemos a una de las dos.
El que pertenece a la vid verdadera nace, crece y permanece en Jesús y produce el fruto que Él quiere.
2. El segundo personaje es el Padre, que es el labrador, el jardinero, el que vigila que las ramas adheridas a la vid produzcan. Para eso, tiene dos funciones primordiales.
Una función es cortar la rama que no lleva fruto, es decir la que no produce nada para Su Reino. Esto incluye a cualquier pretendido cristiano que no vive para producir frutos para Dios, sino para sí mismo.
El fruto es la marca infalible del verdadero cristiano y es la principal razón de su existencia, por eso, si el labrador no encuentra fruto en ella, la quitará.
La otra función del Padre es podar las ramas que llevan fruto. La poda se trata de quitar algo que sea malo y también algo que estorbe la producción de fruto, sin que sea necesariamente malo, pero que estorbe en la producción de fruto para Dios.
El Señor nos está advirtiendo de la necesidad de prescindir de todo aquello que nos frene en la vida cristiana para que podamos dar abundante fruto.
La rama podada experimentará después una mayor producción de fruto. Siempre se trata de renunciar para recibir mucho más. Dios nunca nos quita algo sin darnos otra cosa mucho mejor.
El Padre puede hacer la poda de muchas maneras, ya sea a través de la disciplina, la persecución, y las diversas pruebas de la vida. Pero su forma preferida y principal es por medio de Su Palabra. Por eso te recomiendo que leas la Biblia todos los días y que vengas a oír la predica a El Sello todos los domingos.
- La tercera y última persona que se menciona es la rama, o sea , tú. Jesús dijo: “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” (Juan 15:5)
La función principal de la rama es llevar mucho fruto, pero ¿Cuál es el fruto que Jesús espera de ti? Son varios, pero solo te voy a mencionar dos muy importantes.
Por un lado, tu carácter. Si Jesús es la vid verdadera, debemos dar frutos que en alguna medida expresen lo que Él es. Se trata de tener un carácter como el de Jesús, como fruto del Espíritu, para que vivamos mejor y también para que el mundo incrédulo pueda creer y salvarse.
Por otro lado, el fruto es que compartas el mensaje de salvación y formes discípulos de Jesús. No es opcional si es que quieres ser una rama de la vid verdadera.
Hay muchos grandes beneficios de ser una rama productiva: tienes certeza en tu salvación eterna, Dios te contesta todo lo que le pidas en oración y Dios te paga salario en esta vida y recompensas en la eternidad.
¿Se te antoja? ¿Estás dispuesto a ser una rama que produzca fruto?
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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