El libro “La invención de todas las cosas” de Jorge Volpi, da pinceladas de un interesante recorrido histórico del hacer humano al que llama ficción. Los cambios, la trascendencia del humano, en las diferentes etapas desde su aparición en el planeta Tierra.
Me parece interesante que, en este recorrido, Volpi lo pincele desde la ficción.
De acuerdo a La Real Academia de la Lengua Española, la palabra ficción tiene tres acepciones: 1 La acción de fingir, 2 cosa inventada producto de la imaginación, 3 obra y género narrativo.
Acorde al análisis que hace la escritora Irene Vallejo de este libro, expresa que: La invención de todas las cosas, “muestra que los seres humanos somos aquello que nos contamos”.
Esta percepción me conmina a una pregunta, si esto somos los humanos, ¿qué cosas terribles nos estamos contando para haber creado el caos mundial en que nos encontramos en pleno siglo XXI?
Para tratar de comprender este interesante mundo de la ficción, y aprovecharla a nuestro favor, podríamos adentrarnos un poco en lo que, en la teoría del psicoanalista, psicólogo social, filósofo y humanista Erich Fromm, expone.
El desarrollo integral del hombre en todas sus facetas y potencialidades: sensoriales, emocionales, intelectuales, activas, productivas, y creativas que el hombre llega a ser.
De acuerdo a la teoría de Fromm, los humanos poseemos las potencialidades necesarias para un buen desarrollo. Para llevar a cabo esta empresa, es necesario saber que tenemos esas potencialidades, solo hay que reconocerlas y, realizar las acciones requeridas para su desarrollo.
Cuando estamos en el útero materno ignoramos quienes son nuestros padres, el contexto económico social donde llegaremos; podría ser un hogar donde se espere al bebé con mucho amor y sin problemas económicos, o un hogar con pocos recursos materiales, pero con la ilusión de recibir al bebé.
Con esta forma de ver las cosas, el amor es el mayor detonante para guiar el desarrollo integral del niño.
El nacer pobre, hace más difícil y, complicada la situación del desarrollo en el humano, sin embargo, no es imposible cambiar el estatus social, requiere de grandes esfuerzos, deseos de progresar, no darse por derrotado ante los primeros obstáculos. Es imprescindible ser constante, tener deseos de triunfo, responsabilidad y, sobre todo deseos de trascender.
En el ámbito educativo se suscitan diversas formas de elaborar los programas escolares, en lo general se dan acorde a ciertas sugerencias emitidas por el organismo que a nivel mundial es el encargado del tipo de educación que, desde su perspectiva, deban recibir los alumnos, en aras de un supuesto mejoramiento en la formación escolar.
Cada país da un carisma propio al estilo de educación. Se inserta la historia de la nación, los usos y costumbres, enriqueciendo el legado antropológico social de la región donde se aplican estos programas.
En este vaivén, entre capacitar a los docentes en los contenidos escolares y la creación de estrategias para la enseñanza en las aulas, creamos una ficción, creyendo que será posible porque el personal docente ya está capacitado y preparado para enseñar a los alumnos los nuevos conocimientos.
Los problemas se suscitan cuando se asume la realidad emergente. Los recursos destinados a la educación en lo general son raquíticos. En el rubro donde más se recorta el presupuesto es en educación. Pareciera que es lo que menos interesa al país. Los recursos que dispone la Secretaría de Educación Pública para el desarrollo de los programas escolares, en lo general son insuficientes.
Desde esta perspectiva, los niños que viven en lugares lejanos carentes de servicios básicos y, una precaria economía, será complicado para ellos lograr un desarrollo integral. Entonces, cuando se anuncia las bondades cognitivas de los nuevos programas escolares, para una mayoría solo será ficción.
Por fortuna no es imposible, aprendiendo a quitar los obstáculos, se puede alcanzar los sueños y, transformarlos en una tangible realidad. Ya terminó la época en que obligaban por ley y, usos y costumbres a los jóvenes a seguir el mismo oficio que el padre, “herrero es tu padre, herrero tú serás”. En esta familia todos han sido carpinteros, debes aprender bien el oficio, porque él, te mantendrá.
Para tratar de comprender nuestras relaciones con la familia y en la sociedad, el psicólogo Erich Fromm, expresa que el ser humano tiene ciertas necesidades que debe atender.
El humano como ser gregario, tiene la necesidad de vincularse con otros de su especie, necesita un marco, un soporte de orientación para poder entregarse en hacer algo, tener arraigo en su comunidad donde vive, una identidad para luego lograr trascender.
La humanidad requerimos del apoyo de otros. Desde la aparición del neandertal en el planeta tierra, surgió la necesidad de caminar en pequeños grupos. Podrían obtener alimento y, no sucumbir en el primer intento. Cientos de años después, las los agrupamientos fueron creciendo, surgieron entonces las organizaciones con un nombre que la distinguiera de otras. La intención primigenia era organizar los puntos importantes a sus intereses.
En este siglo XXI, han cambiado las formas del llamado a una reunión, la tecnología en los medios informativos coadyuba en la información masiva la cual; pude ser verdadera o solo ficción.
Quienes nacimos en el siglo XX y, vivimos en este XXI, tenemos los elementos para analizar algunos cambios en la vida cotidiana de ayer y de hoy.
Y, así, de acuerdo a nuestra perspectiva, distinguir que acciones consideramos verdaderas y cuáles han sido solo ficción.