Israel tuvo un favorito de entre sus hijos, favoreció a José, el hijo de su amada esposa Raquel, y mostró ese favoritismo al darle una hermosa túnica. Ese acto puede parecer insignificante, pero los hermanos de José comprendieron el significado detrás del obsequio: su padre lo amaba a él más que a los demás. Los corazones de los hermanos de José se volvieron contra su hermano menor; y así comenzó la historia de José, una vida llena de altibajos. No obstante, en toda ella, vemos a un hombre comprometido a vivir una vida de integridad y fidelidad, y a un Dios que puede salvar, incluso de la peor situación.
José tuvo dos sueños que contó a su familia. En ellos veía a sus padres y hermanos inclinarse ante él. Los hermanos odiaron más a José y esperaron el momento para hacerle daño, el cual llegó cuando estaban lejos de casa y lo vendieron como esclavo. Fue así como José llegó a Egipto.
Aunque los hermanos actuaron mal, Dios tenía para José un propósito mayor. Dios puede usar las malas intenciones de las personas y las malas situaciones para Sus buenos propósitos y para el bien de Sus amados. Ante la adversidad, mantente con fe, sabiendo que los planes y las promesas de Dios, al final, se cumplirán.
Cuando José fue llevado a Egipto, los mercaderes lo vendieron a un funcionario del faraón. José se ganó la confianza de éste y le confió la administración de todos sus bienes. Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio y le prosperó en todo. No hay que olvidar que, si eres fiel, Dios no solo te va a prosperar, sino que también va a bendecir lo que te rodea.
José era muy atractivo y la esposa de su jefe quiso tener relaciones sexuales con él, pero José se negó. La mujer lo acuso injustamente de que la quería violar y José fue a dar a la cárcel.
Algunas personas, con tal de evitarse problemas, dejan de lado su integridad. Pero tú debes hacer lo correcto, aunque eso signifique sufrir malas consecuencias, sabiendo que Dios, al final, te respaldará y te bendecirá.
Aún en la cárcel, el Señor estaba con José. Hizo que se ganara la confianza del jefe de la cárcel, el cual lo puso a cargo de esta. Ahí, interpretó los sueños de dos ex funcionarios de faraón: Uno sería restituido a su antiguo puesto y el otro sería ejecutado, tal y como sucedió.
José le pidió al que fue restituido que abogara por él ante el faraón, pero el hombre no lo hizo. Nunca nos olvidemos de abogar por los inocentes, aunque no hayamos recibido nada de ellos, porque eso es lo que agrada a Dios.
A pesar de las circunstancias, Dios no había abandonado a José, y al final, se encontró cara a cara con el hombre más poderoso del mundo. El faraón tuvo un sueño que José pudo interpretar y sugirió la solución. El faraón concluyó que José era muy sabio y lo hizo segundo por sobre todo el reino.
Dios había equipado a José para este momento. Las cosas que José padeció lo prepararon para la tarea que estaba a punto de asumir. De repente, todas las duras experiencias tuvieron sentido. Al igual que José, podemos confiar en que Dios nos equipará para cumplir Sus propósitos en nuestra vida, aún con circunstancias que parecen malas en su momento.
José declaró que Dios había estado detrás de todos los sucesos de su vida y que el Señor los usó como un medio para llevar a cabo Su plan divino para preservar a Su pueblo. Como resultado de este entendimiento espiritual, la voluntad de Dios, no la del hombre, se cumplió.
La vida de José se puede resumir con una declaración suya hacia sus hermanos: Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. (Gén 50:20)
Por: Pastor Jorge Cupido
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