jueves, marzo 28, 2024

Entrevista al Dr. Javier Gutiérrez

Javier Gutiérrez del Río es un hombre que puede sentirse satisfecho por su profesión, feliz de darle a su familia el tiempo de calidad que se merece y conforme del camino que ha transitado para llegar hasta donde está. 

Él es un médico estático con más de seis años de experiencia, esposo y padre de dos hijas, hombre a quien le gustan los deportes, su trabajo y, ocasionalmente, leer algo no relacionado a la medicina.

Medicina estética

El Dr. Javier explica que un médico estético trabaja en las líneas que se conjugan entre el área de cirugía estética y la dermatología, es decir, se encarga de hacer todo lo posible para que el paciente cuente con tratamientos que corrigen signos de envejecimiento sin tener que recurrir a la cirugía. 

Para lograr este título, cursó por la carrera de medicina, en la Universidad Anáhuac en CDMX, un diplomado en Medicina Estética y Antienvejecimiento en el Instituto Panamericano de Profesionales Científicos (IPPC) y la maestría en Medicina Estética y Antienvejecimiento en el Instituto Mexicano de Medicina Antienvejecimiento y Estética (IMMAE) en Guadalajara. En resumen, fueron 10 años de preparación para tener una base sólida de conocimientos y experiencia. 

Todo lleva a la medicina

Con una madre enfermera, parientes médicos y una fascinación hacia las ambulancias, un joven Javier no tardó en incursionar en el mundo del paramédico. Todas las experiencias que tuvo al atender emergencias lo convencieron de estudiar medicina, sin embargo, su mamá le impuso una dura condición: tener letra legible.

Al mismo tiempo, como paramédico descubrió que no deseaba ser cirujano plástico, pues tendría que tratar casos de niños quemados, situaciones que le afectaban mucho.  En cambio, llegó a la medicina estética gracias un doctor que lo guio hacia ese ramo de la medicina, con la cual, asegura, se pueden alcanzar muy buenos resultados de antienvejecimiento y cuidado de la piel y el cuerpo. 

Al día de hoy, sólo se dedica a su consultorio, dejó de ser paramédico (una profesión muy sacrificada en tiempos) porque llegó el momento en que tuvo que elegir entre esa parte de su vida y disfrutar más de su familia. 

La dedicación y la atención llevan a la prosperidad

Aun sin su faceta como paramédico, el Dr. Javier Gutiérrez le dedica unas trece horas al día a su profesión, conjuntando el tiempo que le dedica a sus pacientes, al seguimiento de sus casos, a la actualización constante y búsqueda de cursos. Y es gracias a esta misma dedicación que ha podido prosperar en su negocio. 

Poco antes de la pandemia, aun en el año 2019, el Dr. Javier instauró una clínica de medicina estética en Juriquilla. Sin embargo, en lugar de pasar por una prueba de supervivencia, pudieron progresar y crecer de tal modo que incluso mudaron la clínica a El Campanario a inicios de este mismo año, en donde cuentan con más cubículos y aparatos para brindar una mejor atención y tratamientos de antienvejecimiento y moldeado corporal.

Él mismo reflexiona que este éxito se debe al hecho de que busca que el paciente se sienta a gusto con el trato que recibe, que sienta confianza en las personas preparadas que lo están atendiendo y la experiencia que respalda todo los tratamientos ofrecidos. También asegura que esto va de la mano con su objetivo de que las personas puedan rejuvenecer con armonía, es decir, que los resultados se perciban más naturales, que los pacientes conserven su dignidad con un perfil natural y proporcional que los haga verse más jóvenes, pero sin que se salte al aire que han pasado por un tratamiento. 

Sin cambiar nada

Hoy por hoy, Javier Gutiérrez del Río, puede decir que es una persona satisfecha con lo que ha logrado, pues pensando en todo lo que ha pasado en su vida, desde golpes, altibajos y quizás un par de decisiones tardías o tempranas, está seguro de que volvería a cruzar por el mismo camino que lo ha llevado hasta donde está, pues su presente no lo cambia por nada. 

Soy feliz con lo que hago, soy feliz aquí, en la clínica, soy feliz con mi familia, soy feliz con todo, no cambiaría nada

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