Teresita es una queretana, mujer de familia, incansable a la hora de aprender, maestra jubilada, pintora y escritora. Ella misma se define como: mujer emprendedora, que piensa antes de hablar, ilusionada con la vida, que adora a la familia, ama profundamente a su país, que gusta de apoyar a lo demás, especialmente si de educación se trata, y con la misión de apoyar.
El deseo de ser maestra
Desde niña siempre estuvo ansiosa por aprender sobre su entorno y lo que se escondía más allá de él, es una curiosidad que la ha acompañado a lo largo de su vida, y algo que, pensaba, compartía con todos los demás. Al paso de los años se dio cuenta, con bastante tristeza, del enorme rezago educativo que existía en el país y que, aún en nuestros días, no ha mejorado mucho, pues miles, si no es que millones, no saben leer ni escribir, haciéndolos más vulnerables a los abusos y al engaño.
Por ese amor a la curiosidad, por ese rezago que veía y por el amor a la educación (que es, para ella, importantísima para el ser humano) fue que decidió ser maestra. Para Teresita, lo mejor de ser docente es la gran oportunidad que tiene para relacionarse con los niños, jóvenes y adultos (pues ha dado clases en todos los grados), poder compartir experiencias y estrategias de vida, y redescubrir la gran capacidad que tienen las personas para desarrollar su potencial. Cree que todas las personas, sin importar su contexto, pueden desplegar sus capacidades intelectuales, sociales, artísticas y emocionales; aunque está consciente de que la situación económica puede ser un factor que incida en ese desarrollo (ella misma tuvo de dificultades para completar su educación básica), sólo significa un reto más que debe traspasarse, y no debe considerarse un imposible para crecer, mejorar y desenvolverse.
Es por eso que Teresita cree que la responsabilidad de un docente es de grandes dimensiones, porque son los maestros los que pueden ayudar y dar las herramientas para obtener ese desarrollo, por lo que un maestro necesita tener una preparación académica de calidad y, sobre todo, amor y pasión a la educación, para poder impulsar un buen desarrollo para sus alumnos. Para ella, ser maestra fue un gran privilegio, pues los docentes pueden construir la historia de un México diferente, uno pacífico y dentro del progreso. La educación es clave para el desarrollo económico, moral y social, comenta.
La artista y aprendiz
Teresita, cuando se jubiló, sabía que sólo cambiaría de actividad, no tuvo tiempo para deprimirse por este cambio en su vida. En 2015, mismo año en el que se jubila definitivamente, inició cursó un diplomado en Historia de México (UAQ), y se inscribió en varios cursos del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV); posteriormente colaboró en el libro Polvo de estrellas, personalmente escribió Los Andares de la Vida, y retomó su afición por la pintura, que había pausado desde 2002. De hecho, la escritura, pintura y lectura ocupan la mayor parte de su tiempo en estos días; para ella no hay edad para la expresión artística, comenta que sólo se requiere la voluntad, el tiempo, el gusto y la pasión para expresarse con cualquiera de estos medios. De hecho, Teresita está convencida de que las artes son importantes para el desarrollo estético y creativo de los seres humanos, no importa si son personas que se dedican a asuntos de oficina o de investigación, pues ellos también necesitan y pueden disfrutar del arte en cualquiera de sus expresiones.
Este amor por las artes no es algo reciente, sino que la ha acompañado desde la infancia, incluso comenta que algunos maestros la regañaban por estar dibujando en sus apuntes; y hoy en día aprovecha la oportunidad de aprender técnicas con maestros que aman las artes. En cuanto a la pintura, Teresita explica que, lo que más le gusta de ella es que despierta la imaginación, que cuando trabaja en una obra no siente correr el tiempo, e incluso ella misma se llega a sorprender de lo que va pintando.
En cambio, lo que le gusta de la escritura es que recorre dos mundos, el real y el imaginario, y puede convertirse en amiga de sus protagonistas. Teresita ha tenido la oportunidad de colaborar en Polvo de estrellas, un libro colectivo queretano publicado en 2016, ésa fue una gran experiencia que le permitió saber que ella misma podría escribir uno. Ese libro sería Los andares de la vida, que fue presentado el 4 de julio de 2019, éste cuenta con pinceladas de la historia de vida de la autora y protagonista, y fue dirigido por la conocida Araceli Ardón (con quien está tomando talleres de escritura, así como con la escritora Alejandra Uhthoff). El pintor Jonatan Olvera prestó una de sus obras para plasmar la portada del libro, que ha construido en compañía de gente maravillosa.
Actualmente está trabajando en un nuevo libro, en compañía con Alejandra Uhthoff, y está planeando hacer un nuevo libro para el siguiente año, también en compañía con Araceli. Lamentablemente han retrasado el trabajo y las presentaciones de su libro debido a la pandemia. Pero continúa ilusionada con todo el trabajo y el aprendizaje que sigue obteniendo, con su familia, con sus amigos y con la vida. No hay nada que detenga a esta incansable mujer de seguir disfrutando de la vida y de lo que hace.
