El gran pintor Mauro Fernández es un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a tener unas manos coloridas, a desarrollar un estilo propio que lo destaca y lo protagoniza, a desarrollar obras de diferentes momentos, situaciones y hasta creencias. Es un mexicano que disfruta de hacer arte, de compartirlo y de conocer las reacciones que provoca.
Realmente influenciado por su padre, que era carpintero y modelista (fabricante de maquetas), desde su niñez emergió su interés por la pintura y el tallado en madera. Fue así que, desde sus ocho años, Mauro Fernández empezó a aprender la técnica del gouache (semejante a la acuarela) y el dibujo a lápiz.
Posteriormente se formó en la Academia de San Carlos de la UNAM, que hoy en día se ha convertido en la Facultad de Artes y Diseño, también estuvo aprendiendo en la escuela de Bellas Artes de Puebla y, aunque no puede presumirlo, debe decir que también estuvo un año en la carrera Arquitectura, también en la Autónoma.
Sumando entre 30 y 40 años que e dedicó a la cuestión editorial, en los que fue director de varias revistas de Novedades Editores y de Supernova Editorial, empresa que fundó junto a su hijo, Don Mauro ya suma más o menos 60 años trabajando con imágenes, con colores y perspectivas. Por cierto, hablando de su hijo, con quien comparte nombre, también manifestó un gusto por el arte que lo convirtió en diseñador gráfico; y comenta que su hija, Vero, también lleva en la sangre la vena artística, pero la ha manifestado de una manera distinta.
Un estilo lineal llevado a las galerías
Mauro Fernández define su estilo como ‘tridimensional’, hecho con base en el uso de sólo líneas rectas, con las cuales traza diferentes formas geométricas, buscando dibujar con una marcada perspectiva que le da a su obra el toque de alta definición.
Este estilo tan único empezó como un reto orientado a resolver cualquier tema con rectas, lo cual conllevó sus propios desafíos, como el entender el uso de la geometría, la matemática y la perspectiva para crear imágenes que no sólo fueran trazos planos y acartonados. No cabe duda que ha logrado desarrollar una técnica tan precisa que sus pinturas son todo, menos planas e insulsas.
Sin embargo, aun con sus décadas de experiencia, con su técnica que puede considerarse perfeccionada y sus varias exposiciones, su anhelo es seguir dando a conocer sus creaciones y de saber la opinión de la gente, de hecho en las oportunidades que ha tenido de presentarse en galerías y otros espacios siempre está presenta una libreta para que las personas le den su veredicto.
Casado con un estilo, no con un tema
Mauro Fernández podrá tener ya una técnica definida, pero no posee ni temas ni locaciones predilectas para pintar, por lo que ha disfrutado de dibujar sobre diferentes acontecimientos internacionales, sobre las corridas de toros, el folklore mexicano, la astrología, la Virgen de Guadalupe, el universo y muchos más temas.
Entre algunas de sus muchas obras, recuerda especialmente un cuadro al óleo que registra el primer alunizaje del hombre (julio del 69), otro correspondiente las Olimpiadas del 68, realizadas en México, retratando a corredores en una carreta de 100 Mt, y la que realizó en recuerdo de la Copa Mundial de Fútbol de 1970, también en México, mostrando la victoria de Brasil sobre Italia en el partido final.
Con un poco de suerte, de la mano y organización del coleccionista de arte Jaime López Isaza, los queretanos podrán disfrutar una exposición de 10 obras de Mauro Fernández que se presentarán con un estilo UpArt. Solo nos queda esperar la fecha oficial de la inauguración para conocer a otro de los grandes artistas que tiene nuestro país.