Martha Beatriz Kuri es una mujer con una gran vocación por ayudar a los demás, y lo hace desde la trinchera de la psicología clínica y las terapias alternativas. Además, es una persona que logró encontrar grandes fortalezas en los retos que le ha presentado la vida, de los que ha obtenido una mayor resolución por aprovechar la vida, disfrutarla y ser un escalón que ayude a más personas a sanar y salir adelante.
La vida sigue, uno decide cómo
La historia de Martha Beatriz Kuri es una con grandes alegrías y con varias pruebas muy duras; ha tenido la fortuna de tener una familia que la ama, hijos con los que adora compartir y la oportunidad de dar rienda a su vocación de ayudar a los demás, sin embargo, también ha experimentado la muerte de su hija, y enfrentado el cáncer de mama. Aun así, no se ha dejado vencer por las dificultades, sino que las ha usado para aprender y fortalecerse.
Su lucha contra el cáncer de mama empezó desde que se enteró que lo padecía, un momento de gran angustia, dolor, enojo y miedo. Estuvo batallando contra él por año y medio, pasando por 21 quimioterapias, 20 radioterapias y una operación de mama. Ella misma comenta que fue difícil verse sin cabello y sentir los malestares que le dejaban las quimios, pero todo ese proceso fue un reto, y para Martha Kuri, si se presenta un reto, es para que uno se convierta en una mejor persona.
“Gracias a Dios tengo a mis hijos, me han apoyado muchísimo, mi hermano Mauricio Kuri especialmente estuvo conmigo y no me dejó. Fue muy duro darte cuenta que tienes vida, pero en un segundo te puedes ir; fue cuando decidí que, si me quedaba en la vida, la iba a disfrutar mucho más de lo que ya la disfruto”. Y se quedó.
Con todo lo que ha vivido, Martha Kuri está segura de que la vida siempre vale la pena vivirla, no importa la situación, y que uno no debe hundirse en la depresión ni en lo que esté pasando. Es difícil, pero necesario, el poder ver más allá de ese momento, situación y dolor, para buscar y crear las bendiciones necesarias para seguir adelante.
“Yo siempre he encontrado bendiciones en todo lo que me pasa, inclusive en enterrar a mi hija saqué una fuerza que nunca imaginé que tenía y fue cuando decidí meterme a estudiar psicología. Y ahora con el cáncer también me di cuenta que la vanidad no te lleva a ningún lado, que el cuerpo no soy yo, que yo soy algo mucho más grande que el cuerpo, que es un alma, un alma que cada vez la quiero tener más pura y más reluciente para poder dar a los demás y entonces vas dejando cosas en la vida que, ¿para qué las cargas si al final no te vas a llevar nada?”.
Hay que creerlo
“Me motiva y me encanta ayudar en lo que pueda. Cuando ayudo, me ayudo. Cuando doy algo de mí, me lleno y ése es mi mayor sentido en esta vida”.
Como psicóloga, Martha ofrece varios cursos, algunos dirigidos especialmente a las mujeres, una población que aun lucha por la igualdad ante la sociedad. Martha Kuri cree que todavía vivimos en un mundo de hombres, porque hay muchos espacios en los que la desigualdad en los salarios o en el trato personal sigue siendo persistente, por lo que hay que seguir incidiendo en esos espacios para realizar un cambio, pero también en la mentalidad de las mujeres mismas.
“México necesita mucho que sus mujeres se empoderen, pero más que nada, que nos la creamos”
Comenta que, por ejemplo, en las ocasiones que ha visitado comunidades rurales, percibe que las mujeres no comprenden ni creen en el gran valor que tienen, debido a la historia de desvalorización, desigualdad y desinformación que se han vivido por generaciones, provocando que las mujeres, aunque tengan las herramientas y las oportunidades no se crean capaces de desarrollarse ni salir adelante por sí mismas.
“De nada de nada sirve llevarles un súper curso para que puedan tener independencia económica si ellas no se lo creen. Yo primero trabajaría psicológicamente con ellas, emocionalmente, para que se lo crean, y después les pondría alguna cosa para lo que hayan nacido y sacar su potencial para que pudieran tener una independencia económica, pero también independencia emocional”.
Con toda esa voluntad, junto a su hermano Mauricio (Senador de la República por Querétaro, y con quien comparte las ganas por ayudar a otros), busca trabajar en beneficio de la ciudadanía, ser capaz de ayudar a las personas y darle –en sus palabras– un poco de luz a los problemas por los que puedan estar pasando.