La mejor forma de pasar la vida es hacer lo que a uno le gusta y trabajar en aquello que a uno le apasiona. No hay razón para disfrutar sólo algunas etapas de la vida en lugar de todas ellas.
“Ahora que estoy acercándome a la jubilación, hay quién me dice: ‘Qué bueno, para que disfrutes de la vida’. La verdad, yo ya la disfruté. Y sigo disfrutando lo que hago” -Eduardo Zárate.
Siempre lector asiduo, desde pequeño prefería las bibliotecas a las canchas deportivas, disfrutaba tanto las letras que, por un tiempo, quiso ser escritor. Sin embargo, su fascinación por la ciencia fue la que terminó decidiendo su camino profesional.
Eduardo Zárate decidió estudiar Ingeniería Bioquímica en el Tec de Monterrey, y un posgrado en el Tecnológico de Massachusetts en Ciencia de los Alimentos. Y esas fueron las áreas en las que impartió clases por muchos años en el ITESM Campus Querétaro. Como nota adicional, el Mtro. Eduardo empezó a interesarse por la docencia cuando estaba en la preparatoria, momento en el que tuvo la oportunidad de dar clases particulares de matemáticas a algunos alumnos de la secundaria.
Por otra parte, participó en la producción de la revista cultural Ventana de Querétaro (fundada por su esposa) y llegó a publicar algunos artículos. Así que, simultáneamente tenía contacto tanto con la ciencia y tecnología como con los temas culturales, literarios y artísticos de los que trataba la revista. Podrá haber áreas académicas que no se mezclen, pero no significa que no se pueda trabajar o gozar por separado.
Después de dar por terminada Ventana (debido a presupuesto), el Mtro. Eduardo y su esposa siguieron haciendo publicaciones para varias instituciones, incluido el gobierno. Posteriormente publicaron libros de algunos autores con su sello editorial, Ediciones Vieira. Hoy en día, después de haber concluido con su rol como profesor (después de varias décadas), y de seguir apoyando en publicaciones, el Mtro. Zárate también es traductor.
En uno de esos cambios del destino, vivió por dos años en California, y retomó esta profesión que le había ayudado a sostenerse cuando era estudiante en Boston. Pudo certificarse rápida y nuevamente, y empezó a ofrecer sus servicios a agencias de Estados Unidos y Europa; con el tiempo se fue haciendo de clientes y aún conserva ese trabajo como freelance.
Ahora, después de dedicar gran parte de su vida a su trabajo, puede disfrutar de leer y ver películas, disponibles en tantas plataformas y en una forma que nunca hubiera imaginado.
“Hay quien dirá que las películas deberían verse en el cine, pero creo que es necesario adaptarse a los cambios del mundo. Lo mismo pasa con los libros en formato digital: han llegado para quedarse”.
Hablando sobre los libros, el Mtro. Eduardo también tiene una faceta como escritor, aquella que tuvo una breve inspiración cuando era niño, pero que empezó a desarrollar hace no mucho tiempo. Y en estos últimos años, ha podido disfrutar de esos momentos de calma para poder entrar en ese trance que lleva al mundo de los personajes y pueda pensar en sus historias, su vida y su trayecto.
Curiosamente no hubo una motivación especial que lo empujara a escribir, fueron esas realidades que se negaban a abandonar su mente hasta que fueran plasmadas en papel las que lo orillaron a tomar la pluma. Su reciente libro, Cuentan las gentes (será cierto o no), es un compilado de cuentos que se desarrollan en el pueblo de sus padres, en Jalisco, a mitad del siglo XX. Y están formados por retazos de las anécdotas que oyó una y otra vez en su infancia a los viejos de la familia (por eso el título, porque es una expresión que oía en su juventud, el preámbulo para un chisme).
“Creo que, en esencia, el libro refleja la forma de ser y vivir de ese pueblo, y me agrada haberla plasmado en papel, para que esos fragmentos de vidas no se vayan emborronando en la memoria colectiva y desaparezcan para siempre”
Sin duda, Eduardo Zárate es un hombre de múltiples sueños que, poco a poco, ha ido realizando. Sin embargo, cada uno ha ido llegando a su debido tiempo, después de todo, el destino puede cambiarnos de rumbo sin previo aviso. Por eso es un creyente de que uno debe buscar las opciones profesionales que nos sean más agradables, para que el trabajo no se convierta en una carga, sino en una parte agradable de la vida.