Aunque Araceli Ardón es originaria de la bellísima ciudad San Miguel de Allende (a la que le tiene un gran cariño y aprecio), podríamos decir que ella es prácticamente un ícono del Querétaro literario y cultural, además de ser una mujer profundamente apasionada de lo que hace, incansable en sus labores, dedicada a su labor, con inquietudes diversas y un gran deseo por realizarlas.
Su trayectoria
Araceli estudió la licenciatura de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, en el cual trabajó como profesora por varios años; también fue traductora de diversas instituciones, fundadora de la revista Comunicación y de la editorial Comunicación del centro, dirigió el Museo de Arte de Querétaro por siete años, fue organizadora de varios eventos y actividades culturales, y ha participado en el Festival Internacional de Escritores y Literatura en San Miguel de Allende.
Hoy es columnista de El Universal Querétaro, donde publica cada martes sobre asuntos de la vida; también se dedica a formar escritores, mediante la coordinación de talleres de escritura; es conductora de un programa de televisión en la estación cultural del estado, donde analizan diversos asuntos contemporáneos; y se puede encontrar parte de su trabajo en Youtube, donde está el programa Sumados y un canal con su nombre, en el que se encuentra contenido para los escritores.
Aun cuando la mayoría de las personas pueden ver su larga trayectoria laboral con sorpresa y admiración, para Araceli es el resultado de vivir el día a día, tratando de exprimir cada minuto de las 24 horas para obtener todo el tiempo posible pata incluir todas las gestiones, proyectos y programas que se propone. Al respecto ella dice: He logrado alcanzar algunas de mis metas porque comencé a trabajar hace cuarenta años, siendo todavía estudiante. He gozado de una buena salud, lo que es también una ventaja. La constancia, la organización, el llevar una agenda con todos los pendientes y cumplir con ellos, han sido unas de las claves para lograr todo lo que ha hecho en su vida.
Las razones
Araceli decidió dedicarse a escribir porque fue una niña lectora, y una adolescente que llevaba en la mente las historias de los libros, el misterio de la palabra siempre ha provocado un embrujo en mí. Incluso continúa, después de treinta años (en enero de 1990 fundó el capítulo Querétaro de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras) compartiendo y fomentando la narrativa, la poesía, el periodismo y el trabajo de autoras locales, por eso su nombre es constantemente mencionado cuando se conversa con otras escritoras queretanas.
En cuanto a la cultura y su fomento, explica que su interés se debe a que alguien debe gestionar exposiciones de arte, obras de teatro, presentaciones de libros, conciertos, lecturas de poesía y otras actividades vinculadas a la creación intelectual y artística, por ello estudió un diplomado en gestión de instituciones culturales en el Museo de América en Madrid.
Al respecto, también manifiesta que, lamentablemente, no hay muchos aliados para las artes entre los industriales, empresarios o profesionistas con caudales provenientes de trabajo honrado. Ella misma dice que, si bien ha tenido la fortuna de trabajar en una fundación privada dedicada a las artes, no hay tantas como desearía.
Las recompensas
Araceli es claramente multifacética, y eso se debe a que tiene varias inquietudes que, sin embargo, siempre han tenido un hilo que las une, pues nunca se aleja demasiado de los teclados o de la promoción cultural, y cada uno de sus trabajos le ha traído –y le sigue trayendo– grandes satisfacciones con diferentes presentaciones. Curiosamente, su labor como docente es el trabajo que le ha ofrecido más momentos de verdadera dicha, cuenta que: cuando pasan los años y te encuentras a un exalumno que te recuerda con afecto y gratitud, caminas en el aire.
Otra de las experiencias más gratas, y bastante inesperada, que ha tenido sucedió en 2013, cuando un nuevo fraccionamiento, en Salamanca (Gto.), dedicó sus calles a escritores; y su nombre aparece ahí, junto al de Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, José Martí, Francisco de Quevedo y otros grandes autores. Para mí fue una sorpresa encontrar esa noticia –expresa.
¿Un descanso?
Con respecto a un posible retiro, ella prácticamente responde que nunca sucederá:
Quiero morirme vieja, frente a una computadora, escribiendo una historia. Para lograr mayor impacto, te diría que me gustaría pasar las últimas horas con una pluma fuente en la mano, pintando letras con tinta china. La verdad es que desde 1986 mi mente se conecta con el teclado electrónico.