Adriana Brio es una artista en todo el sentido de la palabra, mujer creadora y creativa, amante de la vida, quien persigue sus objetivos de manera apasionada y serena, una persona para quien cada momento es único, buscando comprender el misterio del tiempo mientras lo vive al estar al servicio de sí misma.
Desde joven se interesó en la pintura y el arte en general, teniendo claridad absoluta de que a eso se dedicaría y, ciertamente se ha dedicado más tiempo al lienzo, sin embargo, su expansiva y curiosa manera de ser la llevó a formarse de manera multidisciplinaria, relacionándose con muchos oficios artísticos y no artísticos, incursionando en talleres, muralismo, barro, danza, sonido, canto, música, astrología, comida, artesanía, diseño e incluso aprendiendo sobre venta.
Adriana es sencillamente una mujer orquesta en intereses y habilidades.
“Si bien las artes plásticas destacadamente son mi zona más trabajada y cómoda, las artes en sí, y la vida en sí, con la magna obra de arte que es, resulta que a lo que me dedicara será un arte sucediendo”
Y gracias a seguir su propósito, ha tenido grandes aventuras, ha conocido a gente única, visitado países y museos inigualables, sólo por ser quien es, nacida para ser artista. Su vida en general la ha podido vivir a su gusto, iniciando, mejorando y perfeccionando su historia, su vida, su arte en sí mismo y su arte de vivir la vida.
25 años de esfuerzo
En sus propias palabras, a esta artista le tomó un cuarto de siglo de aprendizaje y afinación de sus destrezas antes de presentar su primera exposición, pero también son años que le permitieron viajar para pintar murales en municipios de la Sierra Gorda Queretana, pintar en Oaxaca, Ciudad Juárez, viajar hasta Lima y Cuzco en Perú, a Montpeyroux en Francia; así como visitar museos importantes en París, Marsella, Montpellier, Madrid y Barcelona.
Es un camino al que le ha colocado toda su voluntad y esfuerzo para expandirse hacia todas las direcciones y posibilidades, hacia su constante expansión multidisciplinaria, porque no se trata solamente de hacer arte, sino también de saber moverse, saber vender y promocionarse; en su vida dedicada a esta pasión, eso es lo que le ha permitido vivir de sus obras.
“Ya es un arte sostenerse en la actividad de la producción artística, siendo esto un gran desafío como artista independiente, dentro de esta actual sociedad, […] nos hemos dejado envolver por lo barato, lo rápido y lo vulgar, lo que todos traen por la moda, por los modelos importados”
Para Adriana, crear y vender son disciplinas que se entrelazan, se relacionan y empujan al creador a ser vendedor, a saber ponerle precio a todas esas obras que empiezan desde su imaginación; el cultivarse en las ventas y en las subastas es un campo que se vuelve necesario aprender en un mundo en el que se compite con arte prefabricado en masa.
Una danza de Poder
Para apreciar un poco de lo que Adriana Brio ofrece, se puede visitar su exposición ‘La pintura, una danza de poder’, que se inauguró el pasado 2 de agosto en el Centro de Arte Emergente, que se encuentra detrás de la biblioteca Gómez Morín, y estará a la vista hasta el próximo 29 de agosto en un horario de 10:00 am a 6:00 pm.
Ésta es su primera exposición individual, por lo que es un ejercicio muy significativo en su vida, es un movimiento a través de la pintura donde, en sus palabras, integra sus partes, sus rezos, sus altares.
“Pintar para mí es una manera de elevar mi vibración, mi rezo, de ofrendar mis trazos al Universo. pintar también lo vuelvo una danza, una danza de poder” – finalizó.
