domingo, diciembre 22, 2024

Encontrar el buen sentido de la vida – Teresita Balderas y Rico

Existen personas quienes la mayor parte de su existencia la viven en una similar rutina. El desencanto y la amargura anidan en el ser, no encuentran un sentido para seguir viviendo.

 Para comprender el sentido de la vida, es necesario dilucidar el concepto de ésta, ver más allá de lo puramente biológico.

 Desde la filosofía de Nietzsche “la vida es el eterno retorno de lo mismo”

 Nietzsche, observa al tiempo como una circularidad, en donde el pasado, presente, y futuro se entrelazan. El filósofo expresa que lo que puede suceder tiene que suceder, o ya ha sucedió. Si todo retorna, todo es vano y por lo tanto sin sentido.

Sin embargo, “el hombre necesita dar sentido a la vida creando valores”.    

 Percibo que la vida es un espacio en el tiempo, donde se presenta la libertad de trazar las rutas, pensar la posibilidad de trascender, construyendo una historia de vida. 

 A los que estamos ocupando un espacio en el orbe, se nos ha dado la oportunidad de vivir. El cómo vivirla, dependerá del contexto circunstanciado, y las actitudes del sujeto, El desarrollo del proceso, es una aventura. 

El humano requiere años de acompañamiento, para valerse por sí mismo. En el período de codependencia, desarrollará las capacidades: intelectuales, sociales, sensoriales. Tendientes a dilucidar acerca de su presencia en este mundo.

 Cuando más rápido reflexione sobre su existencia, en el lugar, y tiempo, que le ha tocado vivir, será también, más certera la construcción del sentido de la vida. Una vida sin sentido, pierde la magia de ser vivida.

 Habermas, sociólogo de la Escuela de Frankfurt, argumenta que vivimos de forma alienada, nos movemos en base a órdenes, no por decisión propia. Vivimos en “el sin sentido”. Afortunado aquel que logra a temprana edad, encontrar el sentido de vivir.

La vida para mí, tiene sentido de ser vivida. En mi niñez soñaba con una buena preparación académica. Tener mayores posibilidades de resolver algunos problemas de la vida cotidiana, incidiendo en un mejor bienestar.

 Mi primer sueño se relacionaba con el diseño de ropa, la idea me entusiasmaba.  Practicaba diseñando y cosiendo vestidos a muñecas, elaborados con retazos de tela. A partir de la educación primaria, mi sueño cambió por el anhelo de estudiar para profesora. 

 Mi existencia ha tenido un sentido específico: elaborar proyectos personales, y profesionales, con características viables y efectivas. 

Cuando me encuentro a punto de terminar un proyecto, ya estoy planeando el siguiente. Esta estrategia ha permitido sentirme motivada en el desarrollo del proceso del proyecto, y, de los resultados.    

 La historia personal de cada individuo, resulta ser más interesante cuando mueve sus conocimientos en la construcción de un proyecto de vida. Obteniendo tiempos felices en espacios armónicos. Él da sentido a su existencia.        

Cierto es que, la vida tiene etapas difíciles y complejas, lo trascendente es, encontrar la forma de enfrentar los obstáculos que se presentan, como parte de las relaciones humanas.

 Al movilizar el razonamiento, emociones, y el lenguaje, se convierten en poderosas herramientas, para pensar y dilucidar acerca de nuestra propia historia de vida. Reflexionar sobre lo que se ha realizado, y, lo que actualmente se hace, para decidir, si es necesario cambiar algo, o simplemente fortalecerlo.   

 Cuando se encuentra el sentido a la vida, se vislumbra también, el camino hacia la felicidad. 

 Los detonantes suelen ser múltiples, entre ellos: la familia, el estudio, desempeño profesional, o acciones de la vida cotidiana.

 Para Bertrand Russell (La conquista de la felicidad 1930, primera publicación), “existen dos tipos de felicidad con grados interiores”. Una de ellas refiere al ser común, aquel que es iletrado, pero que llega a ser muy feliz; porque logra sus propósitos. El otro tipo de felicidad, es dirigida a la gente letrada, la diferencia de la primera con ésta, reside en el tipo de actividades que realiza el intelectual, tendientes a alcanzar sus objetivos. En este ejemplo de la felicidad, se puede inferir qué, para cada sujeto, la vida tiene un sentido.

  La importancia de hacer, lo que tiene significado para quien lo realiza, radica en la creación de los ratos placenteros.  Schopenhauer, expresa que: “Para el bienestar del hombre y su existencia, es más importante lo que está en su interior o lo que procede de él”, de esta actitud depende la dicha o la desdicha. En la interioridad del ser, se concentra el sentir, querer, y pensar. Lo que llega de la parte exterior, funciona como una influencia indirecta.

 Una sólida educación personal, y profesional, funcionaría como una buena influencia exterior. Orientada al fortalecimiento del estado interior. 

Existen grandes motivos, por los que resulta grato y reconfortante, aprovechar la oportunidad de vivir, no sólo vegetar. El tiempo que tenemos para transitar en este mundo es corto. 

 Lo importante es aprender cómo disfrutar la vida, saber apreciar el amor en todas sus manifestaciones.  Las maravillosas amistades, los grandes regalos de la madre naturaleza, no perder la capacidad de asombro. Ilusionarse con nuevos proyectos, recordar que los pequeños detalles, hacen la grandeza de la vida

 Que los aprendizajes de los años vividos, sean un parteaguas para el presente, y los venideros; para expresar: mi vida tiene sentido.

 ¡Quiero seguir viviendo!  

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