El amor es la energía que genera creatividad, despierta emociones, desarrolla la imaginación que construirá los andamiajes de la vida soñada. ¡Viva el amor!
Hace unos días estaba hojeando mis libros de arte, recuerdo que entre ellos tenía al gran pintor Chagall, no pude encontrarlo, lo más creíble es que lo haya prestado, y, como acostumbro hacerlo, no anoté a quien se lo presté. Sin embargo, entre las páginas del libro de las pinturas de Gustav Clint encontré el impreso de una de las obras de Chagall.
Marc Chagall nació el 6 de julio de 1887 en Liozna Bielorrusia, falleció el 28 de marzo de 1985 en Saint Paul Francia.
Chagall era de origen judío, tuvo grandes privaciones en su infancia, su familia era de escasos recursos económicos, su padre trabajaba todo el día por un mísero salario.
El niño Chagall veía a su padre con las manos maltratadas, a él, no le gustaría tener esa vida. Ser pobre y judío se dificultaba acceder a los estudios escolares.
Marc Chagall, trabajaría mucho, haría lo necesario para realizar sus sueños.
El arte en las obras del gran pintor Marc Chagall, me impresiona. La creatividad está presente en su peculiar estilo de pintar. Dicen expertos en este arte, que, en la composición de la pintura, fusiona los elementos con la mayor carga emocional que el artista vivó en su infancia
Su estilo está relacionado con las diferentes técnicas empleadas en diversos períodos de su vida: Surrealismo, Cubismo, Arte moderno, expresionismo, modernismo, Escuela de París, Simbolismo. Sus pinturas son una amalgama de estos estilos.
A Marc Chagall se le reconoce como uno de los padres del modernismo.
Me emocioné por haber encontrado la impresión de una de sus obras, era la pintura
El cumpleaños, dedicada a su hermosa esposa, Bella Rosenfeld. Fue creada en 1915.
Como era ya noche apagué el televisor, me senté cómodamente a observar cada detalle de ese impreso. Solté las amarras de la imaginación, la que de inmediato voló a otros tiempos y lugares lejanos. En ocasiones me veo envuelta en sus aventuras.
A la imaginación le gusta buscar espacios donde encuentre el romanticismo, en esta ocasión no fue la excepción, me trajo la reseña de una historia de amor, no debe extrañarme, mi imaginación es una romántica empedernida, logra involucrarme en sus aventuras, yo, fácil caigo en sus trampas.
La fantasía vivida por la imaginación, me la compartió muy emocionada, con tanto realismo, que me fui contagiando de su historia.
Enseguida me enteré que mi atrevida imaginación cual furtiva ladronzuela, se introdujo en la casa de una pareja de recién casados. De acuerdo a su percepción, en esa casa se vivía y respiraba amor, podría decirse que aquel lugar era casi el paraíso.
Mi amiga la imaginación, eufórica comentaba lo que sucedía y había en ese bello hogar. En el momento en que se introducía en la casa, el joven amante entregaba un bello ramo de exquisitas flores a su amada, cuyos tallos semejaban los pies de la dama. Ella agradecida y enamorada, volteo a verlo. Él, para impresionarla, como si fuera un experto bailarín de ballet, dio un pequeño salto, se acercó al rostro de su enamorada para libar el néctar de sus labios.
Sentada en mi cómodo sillón, emocionada escuchaba con interés la narrativa de mi alocada imaginación, me hubiera gustado ser un personaje de esa historia. ¿Cómo negarlo? soy una romántica.
La imaginación seguía contándome lo que había visto en el recinto de la hermosa pareja. El hogar de los enamorados está ubicado en un pintoresco y agradable barrio, la arquitectura de las viviendas tiene una elegante simetría.
En ese barrio viven varios artistas, sobre todo pintores, pero también poetas, y famosos escritores
La casa de la joven pareja está decorada con sutil elegancia. Lo moderno y antiguo, tienen su propia belleza, no hay competencia entre ellos, sus dueños los colocaron en el espacio adecuado creando armonía, así, desde donde están lucen su esplendor.
Quedé fascinada con los elegante tapetes persas, que tal vez fueron adquiridos en algún viaje a países asiáticos. Todos estos detalles me los contaba la imaginación, con tanta emoción que me parecía estarlos viendo.
Creí que ya había terminado de contar todo, pero continúo: dijo que el mobiliario era de muy buen gusto, muy acorde con la elegancia de quienes ahí vivían.
La imaginación respiró profundo para narrar lo que aún faltaba: me encantó el vestuario de los enamorados, ella con un elegante atuendo, combinado el negro con el gris plata y, el inmaculado blanco, culminando con suaves zapatos de tacón alto, que hacían resaltar la hermosura de Bella. El caballero vestía elegantes botines negros, haciendo juego con el color oscuro del pantalón, dando luz a la sobriedad del traje, con una camisa en tono verde.
Después de los abrazos y besos, los enamorados caminaron rumbo a la recámara.
Discreta la imaginación, con paso suave se retiró. Abrió lentamente la puerta hacia la calle, la hora de regresar había llegado.
El tiempo y espacio serían ahora para el amor.
