Miguel Bringas Rodríguez: el mejor de los amigos
Su legado
Por: Araceli Ardón
Crédito de fotografía: Gerardo Proal.
Periodista y promotor cultural, Miguel Bringas nació el 11 de junio de 1941 en el Centro Histórico de Santiago de Querétaro. Fue hijo de Miguel Bringas y Josefina Rodríguez; sus hermanas son Rosalba, María del Carmen y Josefina.
Muy joven ingresó al Instituto México de Celaya, dirigido por los franciscanos. Regresó a casa a finales de la década de 1950, donde se inició en el oficio de reportero, en el primer diario de Querétaro, Amanecer, fundado en 1952. Con su entrañable amigo Rogelio Garfias cubría sociales y primera plana.
El olor de la tinta, el runrún de las rotativas y la efervescencia del periodismo le atraparon con su hechizo. Recordaba con nostalgia la cobertura de las campañas políticas, donde pudo hablar con los candidatos a cargos de elección popular.
Sergio Arturo Venegas Alarcón, su colega, comentaba que al concluir la jornada, al filo de la madrugada, no había en la ciudad lugares abiertos para cenar, por lo que “íbamos a su casa a dar cuenta de la despensa hogareña, sin que jamás su mamá se molestara”.
El diario Amanecer formaba parte de la Cadena García Valseca. A su cierre, Guadalupe Ramírez Álvarez inició una nueva empresa periodística, el Diario de Querétaro, que nació el 18 de marzo de 1963. Bringas fue uno de los 33 fundadores.
Comenta Venegas: “Cuando iba a nacer el Diario de Querétaro, el licenciado Ramírez Álvarez, que a todos nos había asignado comisiones para la aparición de dicho periódico, nos pidió a Miguel y a mí que fuéramos ‘calentando’ el ambiente, elaborando un noticiario que pasaba en la X.E.J.X, a donde nosotros sólo llevábamos armada la información y eran entre otros locutores Antonio Robles Ortiz, Rafael Briseño López y Alfredo García Vargas quienes leían las notas”.
Años después, Miguel trabajó en el área de ventas; fundó su propio negocio: “Dormicentro Bringas”. Rogelio Garfias lo invitó a fundar el periódico Noticias, el 8 abril de 1973. Ahí consolidó su relación con personas de todos los caminos de vida.
Contrajo matrimonio con una mujer excepcional: Lilia Vélez Ramírez, abogada y contadora, pianista y profesora de inglés. Ambos formaron a su hija Cristina, licenciada en Ciencias de la Comunicación, en un hogar donde los amigos fueron bienvenidos, el arte se vivía con intensidad y las conversaciones eran fascinantes.
En el área de la docencia, Miguel Bringas fue profesor de Periodismo en la Universidad Autónoma de Querétaro, cuando se inició la carrera a nivel técnico, y trabajó con empeño para que se convirtiera en licenciatura.
Melómano y ávido lector, Miguel Bringas disfrutó siempre de la música, las conferencias y los libros. Fue parte del grupo PROARTE, AC, un organismo de la sociedad civil que promovió la cultura en Querétaro; Lilia Vélez fue tesorera y Miguel gestionaba actividades, acompañados de Jaime López Trincado, María Antonia Palacios, Gloria Rangel y Alfonso Ballesteros Negrete, quien con el tiempo fue Presidente Municipal.
En los años noventa, Miguel Bringas editó libros para varios organismos. También colaboró con instituciones oficiales. Durante las celebraciones por el aniversario 465 de la fundación de la ciudad, se hizo cargo de la gestión del Récord Guinness que registró Santiago de Querétaro por el platillo de enchiladas más grande del mundo y los fuegos artificiales en cascada que cubrieron los arcos del acueducto.
En los últimos diez años de su vida, se unió al Grupo DRT donde impulsó muchos proyectos de filantropía, arte y cultura. El 21 de septiembre de 2011, nos reunimos en torno suyo para rendirle un homenaje. Sus compañeros del Grupo DRT y del Diario de Querétaro, en las instalaciones del periódico, pasamos horas en su compañía, disfrutamos el video sobre su vida realizado por su hija Cristina y escuchamos testimonios de quienes le apreciaron por sus cualidades.
Fue una noche mágica. Los sentimientos se instalaron a flor de piel. Roberto Loyola Vera declaró: “Quiero felicitarlo y felicitarnos todos como queretanos por tener en Miguel Bringas un ejemplo de vida y de inspiración que debe servirnos a todos en este Querétaro que tiene grandes condiciones para salir adelante, que son producto del trabajo que gente como Don Miguel han llevado a cabo a lo largo de los años”.
En el Diario de Querétaro escribió la columna “Ayer, hoy y mañana”, cuya última entrega salió publicada el día de su muerte. Desde el hospital, Bringas reflexionaba sobre sucesos históricos: “Me refiero al trágico 2 de octubre de 1968, que es la fecha en la que se desbordó un sano movimiento estudiantil de la UNAM y del Politécnico Nacional. Su lucha ya contaba varios años y sin duda era parte de un movimiento de inquietud en diferentes partes del mundo.” Le preocupaban los aconteceres mundiales al hombre que desayunaba con las noticias y seguía a los comentaristas a lo largo del día.
Desde su cama de hospital, dictó su columna semanal a su sobrina Marily, y al sentirse cansado le pidió continuar al día siguiente. El miércoles 5 de octubre de 2011, muy temprano, su alma pasó por el umbral que atraviesan los justos y se fue a vivir para siempre al lado de su Creador, porque Miguel era creyente, y esa fuerza interior le hacía un ser muy luminoso.
Era un hombre contento. En entrevista, le dijo a Manuel Naredo: “Fíjate que curioso: Tuve una niñez feliz, cuando el mundo, sobre todo Europa, estaba en el peor momento de su historia: la Segunda Guerra Mundial. El único contacto que tuve con la guerra fue que los Reyes Magos me trajeran un avioncito y un jeep ingleses, que eran réplicas de los pertrechos de guerra».
Sobre el valor de las cosas materiales: «Ahora sé que pertenecí a familias de muy escasos recursos, pero yo nunca lo noté ni me afectó. Me pasé, gracias a Dios, una niñez ideal».
Al preguntarle sobre sus enfermedades: “Todos los problemas de salud que tengo se derivan de una insuficiencia cardiaca, pero eso quiere decir que también tengo corazón. Pero los problemas no calan en mi vida, porque antes tengo la satisfacción de ser fiel a mis creencias, de haber sido educado en principios. A mi vida le da mucho sentido el saber que tengo espíritu”.
Nuestra amiga Azul Bastón tuvo la fortuna de realizar proyectos de trabajo con él; al caminar por el centro de Querétaro contaba los encuentros personales que los hacían detenerse: una vez llegó a contar nueve en una sola cuadra. De todas las personas que vieron, en el transcurso de una calle nueve se detuvieron a saludar a Miguel, hacerle un comentario, darle un abrazo, invitarlo a un evento o preguntarle por su salud. Así era Miguel Bringas.