Tanto si te has casado recientemente, como si planeas hacerlo pronto o acabas de iniciar una relación seria, ahora es el momento de hablar de dinero. ¿Suena poco romántico? Pues, por desgracia, el dinero es una causa común de estrés en las relaciones, y si no se aborda a tiempo, puede empezar a afectar a más lugares que la billetera. Según una investigación de la AICPA, la Asociación Internacional de Contadores Profesionales Certificados, casi tres de cada cuatro (73%) casados o que viven en unión libre dicen que las decisiones financieras son una fuente de tensión en su relación. De ellos, casi la mitad (47%) admite que esta tensión ha afectado negativamente a la intimidad con su pareja.
Además, sólo en el último año, 7 de cada 10 casados o que viven en pareja (69%) han tenido un desacuerdo con su compañero sobre las finanzas. Los desacuerdos suelen girar en torno a las necesidades frente a los deseos (36%), las prioridades de gasto (28%) y la realización de compras sin haberlas discutido antes (22%). Es importante que las parejas aborden los valores financieros y comuniquen sus dudas y metas individuales también.
Por ello, proteger su salario y metas con un seguro puede ayudar a minimizar el impacto financiero si alguno de los dos está incapacitado a causa de una enfermedad o accidente inesperado. Si llegan a atravesar una situación de estas, pueden utilizar el seguro para ayudar a pagar los gastos efectuados por el imprevisto de salud o incluso,algunos seguros como los que ofrece la compañía mexicana Zenda.la por su esquema indemnizatorio, permite utilizar el dinero para cubrir otros gastos si se necesita.
Esto permitiría centrarse en la recuperación, en lugar de preocuparse por las consecuencias financieras, además del estrés emocional. Por ello, Zenda.la, la startup que facilita el acceso a la salud a través de sus planes con opciones a seguros accesibles, trae una serie de pasos a tener en cuenta a la hora de entablar acuerdos financieros con su pareja además de estar asegurados frente a lo inesperado:
- Establezcan un presupuesto.
No gasten más de lo que ganan como pareja. Vivan dentro de sus posibilidades. Establezcan un presupuesto y pongan en él todo lo que necesitan gastar, incluyendo un fondo de emergencia y un fondo de lujo. Ajústense al presupuesto. Si necesitan comprar algo, planifica con antelación y asigna dinero para ello.
- Prioricen las necesidades básicas.
A la hora de elaborar el presupuesto, asegúrense de reservar suficiente dinero para las necesidades: alimentos, medicinas, gastos académicos, facturas mensuales, etc. Los artículos de lujo deben ser lo último de la lista. Evita los gastos innecesarios.
- Asegúrate de los imprevistos.
A veces, lo inesperado ocurre: una emergencia de salud. De hecho, hoy en día, una emergencia médica puede ser desbordante tanto en lo físico y emocional como desde el punto de vista financiero. Por ello, adquirir un seguro como los que ofrece Zenda.la no solo es importante para protegerte en momentos de enfermedad y accidentes pero que también incluyen otros servicios como telemedicina como complemento para que tus presupuestos no se vean afectados en momentos de consultas.
- Abrir una cuenta de ahorro conjunta.
Los matrimonios o relaciones estables deberían abrir una cuenta de ahorro conjunta para que ambos tengan acceso al dinero para ciertos gastos. Algunas parejas abren dos cuentas, una con los ahorros para un viaje o proyecto específico y otra con los ahorros familiares. Así pueden distribuir y tener mejor control de sus movimientos.
- Invierte una parte de tus ingresos.
Además de estar asegurados en caso de una emergencia médica y ahorrar en un banco, explore otras opciones de inversión que hagan crecer más su dinero. Opte por acciones, los fondos de inversión o investiguen otras maneras que se adapten a su presupuesto.
Después de hablar, hacer números, llegar a un acuerdo y tener un plan, es importante decidir quién será el contable principal, para que puedan asegurarse de que todas las facturas se pagan a tiempo y de que las cuentas no se quedan en descubierto.
Sin embargo, asegúrense de que la persona que no lleva la contabilidad esté informada de lo que ocurre. De hecho, podrían considerar la posibilidad de fijar una cita mensual o trimestral para revisar el presupuesto y ver qué ha ido bien, qué ha ido mal y si hay que hacer ajustes.
También es un buen momento para hablar de los próximos gastos, como las vacaciones, los días festivos o las reparaciones necesarias en su hogar.
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