A partir del gobierno de Julio Cesar en Roma, los siguientes gobernantes adoptaron el título de César como sinónimo de emperador. En el Nuevo Testamento se menciona muchas veces al César, sin embargo, la mención más famosa la hizo Jesús.
Los lideres religiosos judíos mandaron a unos hombres a tratar de hacer caer a Jesús en una trampa, de tal manera que dijera algo que pudiera ser usado para acusarlo de rebelde al imperio y hacer que lo arrestaran. Los hombres preguntaron: ¿Nos está permitido pagar impuestos al César o no? Pero Jesús, dándose cuenta de sus malas intenciones, replicó: Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién son esta imagen y esta inscripción? Del César, contestaron. Entonces denle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. (Lucas 20:22-25).
Esta orden de Jesús significa por lo menos 3 cosas para nosotros hoy en día.
- Darle al gobernante lo que le corresponde. El César es una referencia al gobierno. Los gobernantes deben cumplir con ciertas tareas básicas como la paz, la seguridad, la justicia, servicios como las obras de infraestructura y establecer las condiciones necesarias para generar prosperidad en el pueblo. Para estos fines es que hay que pagar impuestos. Además, tenemos otras responsabilidades como respetar las leyes, denunciar injusticias, participar en las elecciones, respetar a los demás y cuidar el medio ambiente. Haga su parte, dele al César lo que es del César.
- Darle a Satanás lo que le corresponde. César también simboliza al gobierno del mundo y quién gobierna al mundo es el diablo. Jesús le llamó el príncipe de este mundo y Pablo le llamó el dios de este mundo. Él establece toda clase de religiones, filosofías, modas, perversiones, vicios e ideologías que apartan a la gente de Dios. El hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios, lo cual incluye la capacidad de relacionarse con Dios directamente y la autoridad para señorear en el mundo. Pero la desobediencia a Dios vino a quebrar estas dos cosas. Entonces el ser humano quedó bajo la autoridad de Satanás quién dicta las reglas del mundo y diseña muchas maneras de deformar la relación con Dios inventando miles de falsos dioses e intermediarios que la gente sigue ciegamente.
Pero cuando Jesús hace su gloriosa obra en este mundo, todo cambia para el que cree en Él. Eternamente porque recibe perdón y salvación. Y terrenalmente porque el creyente recibe la capacidad de relacionarse con Dios sin necesidad de más intermediarios que Dios mismo y la autoridad divina. Así que es tiempo de devolverle a Satanás lo que le pertenece: devuélvale los ídolos que pudo haber tenido o tiene en su corazón, devuélvale las costumbres y reglas de este mundo y devuélvale la autoridad que tenía sobre usted. Usted ya está en otro reino, en el de Dios.
- Darle a Dios lo que le corresponde. Es muy fácil entretenerse en cuestiones secundarias mientras que se descuidan las cosas principales de la vida. Lo que a Dios le corresponde es lo principal, porque es lo que trae bendición y promesas cumplidas. Estamos tan ocupados con el trabajo, con los hijos, con las diversiones, con el internet o con el celular que nos olvidamos de lo verdaderamente importante, de lo que tiene trascendencia benéfica en esta vida y en la eternidad. Lo que le corresponde a Dios es fácil de saber: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.(Marcos 12:30). Esto incluye su relación con Él, su servicio y sus ofrendas a Él. Y lo mejor es que le conviene. Usted, como cristiano, debe mantener invariables sus prioridades. Cuenta con la ayuda del Espíritu Santo que siempre le dirigirá a darle a Dios lo que es de Dios.
Las monedas del mundo llevan la imagen de sus gobernantes, pero usted lleva la imagen de Dios, le pertenece, está sellado con Su imagen.
Pastor Jorge Cupido
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EL SELLO
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