La más grande necesidad del ser humano es la salvación del castigo eterno. Dios, en su gran amor, se dio a sí mismo en la persona de Jesús para pagar esa deuda y ponerla a disposición de todo el que en Él crea.
Después de eso, todas las demás necesidades son temporales y pasajeras. Sin embargo, estamos en este mundo y requerimos suplirlas. La buena noticia es que Jesús, además de suplir la necesidad más grande, también suple todas las demás.
¿De que tienes necesidad? Jesús la puede suplir. No importa su tamaño ni su naturaleza, Jesús la puede y la quiere suplir.
La Biblia dice algo muy importante que tú debes conocer y creer: “Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)
Cuando Jesús comenzó su ministerio, su primera declaración fue que Él venía a suplir toda necesidad espiritual, del alma y física.
Si lees la Biblia, comprobarás que Él suplió al hambriento, al enfermo y al quebrantado de corazón y ni una vez le falló. Los evangelios están llenos de esas historias y hubo muchas más que no se anotaron, así que hoy tiene que renacer tu esperanza y fortalecerse tu fe.
De todas esas historias me voy a concentrar en una sola. Se trata de una boda a la que Jesús fue invitado. Este es un principio muy importante para tu vida: Jesús entra donde se le abre y va a donde se le invita.
Estando en la boda, el vino se acabó y María, que también era invitada, preocupada por sus amigos recurrió a Jesús. Ella sabía perfectamente quién era Jesús y que podía suplirlo todo, que nada era imposible para Él.
Lo que siguió es que Jesús dio 3 instrucciones muy precisas. Había en el lugar 6 tinajas de unos 100 litros de capacidad cada una y Jesús dijo que las llenaran de agua, sacaran un poco y se lo llevaran al encargado del banquete. El resultado fue que el agua se convirtió en un vino de la mejor calidad.
Ese resultado suplió la necesidad física de los participantes en la boda y suplió la necesidad emocional de María, preocupada por sus amigos, pero lo más importante es que suplió la necesidad espiritual de sus discípulos, porque al ver este milagro, creyeron en Él.
Jesús es el mismo siempre, nunca cambia, por lo tanto, sigue siendo el que suple las necesidades de los creyentes hoy en día.
Ni el dinero, ni las diversiones, ni las drogas, ni el alcohol, ni las personas, ni los ídolos van a suplir tus necesidades de manera integral. Solo Jesús.
El milagro en las bodas de Caná nos recuerda que es imposible, humanamente hablando, suplir todas las necesidades en todas las áreas, y que se presentan en cualquier circunstancia y tiempo. Pero también nos recuerda que, si Jesús está presente, suplirá todo lo que nos falte.
El vino se menciona frecuentemente a lo largo de la Biblia y es necesario comprender su simbolismo en el contexto en el que se le menciona.
En este caso, el agua es inolora, incolora y sin sabor. En cambio, el vino si tiene olor, color y sabor, representa alegría, sanidad, salvación, provisión, consuelo y abundancia. Es la diferencia de tener o no a Jesús en tu casa.
Si Jesús es el huésped principal y constante en tu vida, no solo tienes a quien acudir en casos de problemas y necesidad, también actuará en el curso normal de tu vida diaria llenándola de vino.
Pastor Jorge Cupido
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