En estos días he estado leyendo Nexus, el libro más reciente del escritor Yuval Noah Harari, hace un interesante recorrido en la historia de la comunicación entre los seres humanos, la necesidad de obtener información de sucesos acaecidos en otros lugares. En principio estar informado, tal vez fue por simple curiosidad, más tarde por necesidad comercial, cultural y, de sobrevivencia por citar algunas.
El mundo ha pasado por diferentes etapas, cada una con su propia historia, adoptando y asimilando los cambios. En algunos pueblos ha sido más compleja la transición de un sistema de vida a otro, sobre todo, para la gente con más años vividos en un determinado lugar.
La forma de recibir información se ha estado transformando, en la medida que los descubrimientos e inventos han aparecido en el mundo. La invención de la imprenta, la revolución industrial, descubrimientos científicos y tecnológicos, que han permitido escudriñar en el mundo formas y elementos que durante algunos siglos no estaban en la imaginación del ser humano.
En este siglo XXI se ha acumulado tanta información que, resulta complejo seleccionar la que requerimos en un momento determinado.
Una información no analizada puede desviarnos del objetivo que deseamos alcanzar. Podríamos regresar a lo que, en el siglo XX, llamábamos teléfono descompuesto. Por la premura de resolver un problema inmediato, obviamos el tiempo requerido en un análisis de la información.
Una información que no es contrastada con otra y, analizada podría ser nociva, y conducirnos a estados erróneos. Es peligroso dar por verídica una información desde solo una opinión.
No encontramos en este siglo XXI con diversas formas de crear el entramado de un lenguaje virtual. Los cambios han sido tan acelerados que no hemos terminado de aprender un lenguaje, cuando otro ha llegado.
La tecnología se ha descubierto para mejorar el nivel de vida de las familias, bienvenida. El inconveniente radica que existen muchas familias en extrema pobreza, situación que deja en desventaja a los niños de esas comunidades.
Japón en sus nuevos programas de estudio, esta como obligación estudiantil el aprendizaje de cuatro idiomas.
Imaginemos a esos los niños aprendiendo cuatro idiomas, mientras en las regiones más pobres, lo que quieren es tener algo para comer.
Las redes sociales son una herramienta informativa de dos filos. Con frecuencia suceden eventos que llaman la atención, éstos los suben a las redes sociales, la información dada, es a veces desde la perspectiva de quien observó directamente los hechos. Se hizo con un juicio apriori. Esta información llega a diversas partes del orbe, dando a conocer solo una parte de los hechos, lo que conlleva a una realidad a medias
Yuval Noah Harari plantea unas frases muy interesantes par esta temática: La información errónea y, las ventajas de los inconvenientes de mantener mecanismos de corrección.
En una democracia sabemos que es muy necesaria su existencia esta corrección de ideas permite optimizar los programas propuestos para el desarrollo de una nación. Es necesario que las institucione dedicadas al análisis y la corrección tengan su propia independencia.
De no hacerlo, la democracia estará en gran peligro. Por los anales de la historia, sabemos que tal observación es cierta.
Como dice el escritor: permitir que el gobierno supervise la búsqueda de la verdad, equivale a encargar al zorro que vigile el gallinero.
Podríamos agregar que para poder decodificar la información que proporciona la oficialidad, llámese gobierno o instituciones, necesitamos conocer los aspectos más relevantes sobre el tema y, leer otras fuentes informativas, analizarlas y hacer un sondeo de ambos puntos nodales de los tipos informativos. Entonces reflexionar sobre la veracidad de la información y, enterarnos si la información oficial tiene sentido con lo que está prometiendo.
El fenómeno de la información falsa se da en diversos asuntos y lugares de mundo. Sin embargo, hay países en que la mayoría de la información está camuflada, muy sencilla, para que el lector de por hecho que es verídica. Podría ser para que sus habitantes no se enteren de los desastres que están sucediendo. Lo grave en este caso, es que miles de personas en su inocencia, creen como verdadero lo que la oficialidad informa.
Cuando se dice con frecuencia que la información es en beneficio del pueblo, habría que analizarla más a fondo, hasta cerciorarse que es verídica.
Estar bien informados nos da elemento para poder debatir ideas, hasta comprender la viabilidad, asertividad y productividad de lo que se pretende realizar. Es desarrollar una cultura de análisis, reflexionando sobre los beneficios que aportará.
Si pensáramos un poco más en lo que nos informan, encontraríamos sus fortalezas y debilidades y optaríamos por lo más provechoso para el colectivo.
Leer es muy importante podría evitarnos muchos problemas.
