lunes, diciembre 23, 2024

Vivir sin preocupaciones – Jorge Cupido

Si le presentara un vaso de agua a medio llenar, con mi mano extendida sosteniéndolo, tal vez usted esperaría la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, quiero preguntarle otra cosa: ¿Cuánto pesa este vaso?

Probablemente su respuestas ande entre 200 y 300 gramos, pero el peso material del vaso no es importante, lo realmente importante es cuánto tiempo lo sostengo con la mano estirada.


Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. Si lo sostengo una semana, mi brazo se atrofiará.


El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sostengo, más pesado se vuelve para mi, más difícil de soportar y con mayores consecuencias negativas. Además, ¿que gano con sostener el vaso así? No tiene ningún sentido.

Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler, si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, y si piensas en ellas más tiempo acabas atrofiado.

Vivir preocupado no tiene sentido. ¿Puede usted decirme algún beneficio de preocuparse? No hay ninguno, al contrario, lo único que produce son más problemas, como estrés, enojo, angustia y problemas físicos.

Ahora, dejar de preocuparse no es sinónimo de indolencia, flojera o de ignorar o huir de la realidad. Nada de eso. 

Dejar de preocuparse es cambiar el enfoque de las cosas reales que están sucediendo, como la actual crisis de salud, de trabajo y económica. Hay una preocupación corta y sana, que nos lleva al análisis, la decisión y la acción.

Para un creyente, la preocupación continua, la insana, consiste en poner más atención en los recursos propios o en las circunstancias, que confianza en lo que Dios dice y promete, porque esa preocupación es una manifestación de falta de fe.

La buena noticia es que los hijos de Dios podemos vivir libres de preocupación. ¿Le interesa? Vea lo que Dios dice:

para Dios todo es posible. (Mat 19:26 NVI)

Para el que cree, todo es posible. (Mar 9:23 NVI)

La formula es súper fácil: TODO es posible para Dios, luego entonces, TODO es posible para el que cree que TODO es posible para Dios.

Entonces, en primer lugar, tenemos que conocer lo que Dios dice en la Biblia, después creer lo que Dios dice y, finalmente, acudir a Él en oración para recibir lo que dice que nos dará.

Jesús dijo:

Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración. (Mat 21:22 NVI)

¿Cuanto es todo? Pues todo. Dios es tan grandioso y poderoso que puede hacerse cargo de TODAS sus preocupaciones en esta tierra.

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. (Flp 4:19 NVI)

¿De cuanto nos proveerá? ¿De todo menos comida, de todo menos trabajo, de todo menos salud, de todo menos dinero? No dice eso, dice de TODO y todo es todo.

Crea en Jesús como su Salvador personal y acérquese a Él con toda confianza, sabiendo que Dios siempre vela por los que le aman y le buscan.

Ahora ya lo sabe. ¡Acuérdese de soltar el vaso!

Pastor Jorge Cupido
@jorgecupidoqro
EL SELLO
@ElSello.Qro
Domingos, 11.30 am
San José 498, Col. Carrillo Puerto, a 100 m. de Av. 5 de Febrero
Querétaro, Qro.

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