Casi todas las personas saben que en esta semana se recuerda la crucifixión y resurrección de Jesús, pero muy pocos entienden realmente la trascendencia de estos hechos.
Hace 2000 años, los eventos que sucedieron fueron malentendido por la inmensa mayoría: unos sentían curiosidad, otros sentían compasión por Jesús y otros más iban con morbo a ver el sangriento espectáculo. Pero muy pocos lo entendieron, como sucede todavía en nuestros días.
La cruz no fue un evento que sucedió por casualidad ni fue un evento que los hombres dictaron. La cruz no fue un evento que se salió del control de Jesús. El plan divino ya estaba trazado para que, por medio de su sacrificio y resurrección, el mundo y el universo fueran impactados.
Los sucesos de aquel jueves y viernes fueron tristes por cuanto la carne de Jesús sufrió como ninguno. Pero el hecho fundamental de la muerte fue el acto triunfal que abrió el camino de la salvación del hombre. El precio estaba pagado, ya no había más culpa, ni más condena para todos aquellos que creyeran en Jesús. Él mismo, con su inocencia, pagó la deuda eterna de los culpables.
Y la resurrección fue la poderosa demostración de su divinidad, siendo el supremo acto de victoria contra la muerte y contra Satanás. Por eso podemos hoy afirmar que Jesús vive. La única tumba vacía en la historia de la humanidad es la de Él, Señor de Señores y Rey de Reyes.
La vida de Jesús, con solo 3 años de ministerio, fue tan impactante en la historia de la humanidad, que la dividió en antes y después de Cristo. También ha dividido la vida de millones de seres humanos en antes y después de Él.
Recordemos lo que ocurrió hace 2000 años y recordemos el propósito y el amor de Dios por cada uno de nosotros: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su único hijo, para que todo aquel que en El cree, no se pierda más tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Dondequiera que estés esta semana santa, dale gracias a Jesús por lo que hizo por ti y comparte la historia con otros.
Pastor Jorge Cupido
@jorgecupidoqro
EL SELLO
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Domingos, 11.30 am
San José 498, Col. Carrillo Puerto, a 100 m. de Av. 5 de Febrero
Querétaro, Qro.
