Estamos a nada de comenzar un nuevo año y no puede faltar una lista de propósitos para que el 2023 sea nuestro año. Se trata de iniciar con ánimo y con ganas de hacer las cosas mejor de lo que las hicimos en este ciclo que está por terminar.
Una meta importante es priorizar el manejo de tu dinero y ahorrar podría estar en tu top 5 de propósitos para el Año Nuevo. Planear un fondo de ahorro tiene que ver con tu libertad y disciplina financieras. Para lograrlo requieres (además de dinero), de muy pocas cosas, pero son indispensables:
- Claridad.
- Determinación.
- Saber priorizar.
- Constancia.
- Evitar las satisfacciones inmediatas.
Con una buena estrategia, pasos claros y sencillos de seguir, además de fijar plazos de acuerdo a tus posibilidades, pueden ser el inicio de tu plan maestro para que organices tus finanzas de la mejor manera.
En AlquimiaPay nos interesa tu salud financiera, por ello, te recomendamos estos tips para que comiences a llenar tu “cochinito” del 2023:
1. Haz una lista
Categoriza tus gastos. Ya sea en una hoja en blanco, un Excel o una app, comienza por determinar las columnas. Ahí podrás poner categorías como:
- Gastos fijos (renta, súper, gasolina, transporte, pago de créditos, servicios).
- Gastos variables (restaurantes, pedidos a domicilio, tintorería, peluquería, viajes).
- Antojos (café y postres, adornos para tu casa, ropa, gadgets).
- Propinas (a meseros, repartidores, boleros, estilista, “cerillos”).
- Lo que no debió suceder (tus compras compulsivas en E-commerce como la fuente zen para tu casa, el suéter de lana de Vietnam, la cama número 3 de tu perro…).
Escribe en cada columna cuánto gastaste en un mes. Será una confesión entre la hoja y tú, así que no hay necesidad de engaños. Al final, te darás cuenta de a dónde se fue exactamente tu dinero y así podrás comenzar a diseñar una estrategia de ahorro realmente efectiva y realista.
2. Determina un monto para tu ahorro
Una vez que has logrado detectar dónde están las “fugas” de tus ingresos y hagas a un lado los gastos innecesarios, determina una cifra realista y de la que puedas prescindir cada mes para que ese sea tu ahorro real. Teorías hay varias: que lo ideal es ahorrar del 15 al 20% o la del 50-20-30, por ejemplo, dice que el 50% debe ir para tus gastos esenciales, el 20% al ahorro y el 30% restante a gastos variables (ropa, ocio, viajes, suscripciones, regalos). En este caso, si percibes un sueldo de 15, 000 pesos al mes, $3,000 tendrían que ir directo a tu fondo de ahorro; sin embargo, si tus compromisos de pago son elevados o tienes familia y tu ingreso es el único para cubrir ciertos gastos ineludibles, esos tres mil pesos pueden resultar una cifra elevada.
Los importante de este paso es que, de tu sueldo o tus ingresos totales, determines un monto fijo que se ajuste a tus posibilidades, que no represente una merma importante en tu liquidez, pero que a la vez sea un cifra de la que te puedas “desprender” cada quincena o cada mes, incluso cada semana, y que en el largo plazo (a final de año, por ejemplo) va a representar un ahorro significativo en tu cuenta bancaria.
Es importante recalcar que esa cifra debe ser fija, no variable. De nada sirve ahorrar mil pesos un mes y al siguiente 500 y al que sigue solo 300, pues no habrá un control real de cifras (tardarás más en cumplir con el siguiente punto) y no te va a generar un sentido de compromiso, necesario si ya decidiste iniciar tu reto de ahorro. Sé consciente de que ya adquiriste una obligación financiera libre y voluntariamente.
Si bien no hay una regla universal que determine una cifra o un porcentaje de ahorro, puedes comenzar por fijar un 8 o 10% de tus ingresos, inicialmente.
3. Establece objetivos de ahorro
La meta per se no es solo ahorrar. ¿Para qué quieres ahorrar? Tu dinero debe tener un fin específico, por ello, lo ideal es fijar plazos y objetivos que tendrán esos ahorros. Quizá quieras pagar un auto de contado o hacer una remodelación en casa, o tal vez quieras hacer un largo viaje al extranjero o, preventivamente, ya estás pensando en un plan de retiro. Cualquiera que sea tu meta es importante que la etiquetes y tengas claros los “porqués”, así será más difícil que te desvíes de tu objetivo y evites ocupar ese dinero para otros propósitos.
Una recomendación muy práctica es iniciar con cuotas cortas a plazos cortos, por ejemplo, pagar un curso de actualización en tu área; en el momento que lo logras tendrás la satisfacción de haber cumplido una meta y te impulsará a seguir con otras de mayor trascendencia, además de que estarás fortaleciendo tus buenos hábitos financieros. A veces no hay mejor sensación que la de cumplir contigo mismo.
4. Optimiza tus gastos
Ahorrar no solo se traduce en apartar dinero de tus ingresos y ponerlo en una cuenta de banco. Hay muchas formas de ahorrar y cuidar tus ingresos, lo que te permitirá hacer un mejor uso de lo que ganas para que te rinda más.
Algunas recomendaciones:
- Disminuye las comidas fuera de casa.
- Reduce tus pedidos a domicilio.
- Evita comprar en apps por aburrimiento o por impulso.
- Cancela las suscripciones que pagas y no has utilizado en meses.
- No caigas en las ofertas de temporada, pues en realidad no representan ningún ahorro, sino un gasto.
- Paga tus deudas. Una vez que queden saldadas, podrás contar con más dinero que puedes destinar a tu ahorro.
5. Fija un fondo de emergencias
Es independiente de lo que vamos a llamar ahorro como tal, pues esta será una cuenta exclusivamente para imprevistos que vas a alimentar de manera fija, quincena a quincena o mes con mes, sin tocar ese dinero. Su nombre es claro: ese fondo te servirá para cubrir los gastos imprevistos que surjan en caso de un incidente vehicular o médico, por ejemplo. Así tendrás la tranquilidad de que, en caso de que te suceda algo, podrás solventarlo sin tener que recurrir a préstamos o disponer en efectivo de tus tarjetas de crédito.
Un fondo de emergencias te da tranquilidad y certezas. El reto es que bajo ninguna circunstancia, que no sea para la que está destinado, toques ese dinero; de lo contrario caerás en la tentación de usarlo para solventar gastos corrientes, pues lo tienes a tu alcance, pero jamás podrás tener una cuenta robusta que te permita pagar en caso de una verdadera emergencia.
